Historias Cristianas: Seguro en las Alturas

Seguridad en las Alturas

«Alabad al Señor desde los cielos; Alabadle en las alturas» (Salmos 148:1).

Cuando el piloto Handley Page aterrizó en Kobar, Arabia, llevaba un gran ratón en su avión. Page notó la presencia del ratón cuando estaba en pleno vuelo. Escuchó el ruido del roedor bien atrás de él. Preocupado por el daño que aquellos dientes implacables podrían causar, el aviador recordó que un ratón es incapaz de sobrevivir en grandes altitudes. Tomó la decisión de ascender rápidamente hasta alcanzar un punto en el que tuvo dificultad para respirar. Luego bajó a un punto más bajo y, al aterrizar, descubrió que el ratón estaba muerto. Cuando nos esforzamos por buscar un nivel espiritual más elevado, nos libraremos de los roedores que intentan destruir nuestra relación con Cristo y provocar nuestra caída, arrojándonos al abismo de la muerte eterna.

A menudo somos indiferentes a las pequeñas cosas que nos suceden, creyendo que son insignificantes y que no pueden causarnos ningún mal mayor. Dejamos que la situación continúe sin importarnos por ella. Al final, tenemos cosas más importantes por las que preocuparnos y esas sí merecen toda nuestra atención y consideración. Pero sin que nos demos cuenta, son las cosas pequeñas las que nos derriban y nos causan un gran mal.

Solo cuando estamos devotos a las cosas del alto, unidos en Dios, podemos librarnos de las cosas aparentemente insignificantes que contaminan nuestra vida espiritual y nuestra relación con el Señor. Al vivir una vida alejada de las cosas celestiales, perdemos la sensibilidad sobre lo que es bueno y lo que es malo, y acabamos encontrando todo válido, dejándonos seducir por lo que, al seguirlo, podría hacernos tropezar y caer.

Levanta los ojos. Desde arriba viene nuestra ayuda y nuestra seguridad.

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