Devocional Diario 22 de Julio del 2005

 

 

 

 

 

 

Lunes 22 de Julio del 2005

 

Lucas 9:25

¿Qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?

 

Una vida larga

 

 

 

 

Algunas personas se hallaban ante una tumba abierta. Asistían al entierro de una mujer de 102 años de edad. En la oración fúnebre se habló «del final de una vida realmente plena».


En efecto, así parece haber sido. Yo conocía a la difunta, por eso presté mayor atención. En su juventud fue la mejor alumna de su colegio, luego realizó una carrera profesional en una universidad pública. Vivió durante dos guerras mundiales pasando por todas sus penalidades y dificultades. También se casó, tuvo una familia, finalmente enviudó y se quedó sola y su vejez la pasó en un hogar de ancianos; en resumidas cuentas tuvo una vida honrada cumpliendo fielmente con sus deberes. También tenía un amable y agradable carácter: no era una mujer triste y amargada.


Pero, ¿verdaderamente tuvo una vida plena? Yo sabía que algo le había faltado: Jesucristo. Ella no quiso saber nada de él; pensaba que no necesitaba un Salvador. Esa mujer (y muchos como ella) tendrá que responder ante el tribunal de Dios de la actitud que tuvo hacia Cristo, el don de Dios a los seres humanos. Ella lo menospreció con su indiferencia y esto basta para estar eternamente perdida. En realidad, malgastó su vida.


Cierta vez, Jesús dijo de los que creían en él: “He venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Es la vida eterna que tiene su comienzo en Cristo y halla su plenitud en él. Quien se arrepiente y cree en el Señor Jesús irá adonde él está. Esta es una vida verdaderamente plena.

 

 

 

 

 

 

© Ediciones Bíblicas “La Buena Semilla 1166 PERROY (Suiza)

 

Usted está suscrito a la lista La Buena Semilla. Si no desea continuar en esta lista envíe un e-mail sin asunto a labuenasemilla-leave@casadelabiblia.org

 

 

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí