Usted, de que signo es?

 
 
  ¿ Usted, de qué signo es… ?
Por :  Alberto Avila
 
 
 
Espere!… Antes de tratarme de hereje piense si nunca le hicieron esta pregunta, y no precisamente cualquier persona en el mercado, en la oficina o el taller, sino algún hermano o hermanita, oficinay algunas veces ¡hasta en la puerta de la iglesia!…

Muchos de nuestros hermanos en la fe no han podido deshacerse todavía de viejas supersticiones que se han arraigado de tal forma en la gente, que parecieran destinadas a nunca desaparecer. (En un próximo informe develaremos el origen de algunas supersticiones populares)

Inevitablemente, a la pregunta formulada respondo inmediatamente: «Yo soy «del signo» de Cristo»… Muchos perciben la intención de mi respuesta, otros no. Y es que la astrología se ha convertido en un divertimento social en el que mucho, difícilmente, vean algún mal o algún peligro en ella…

Es increíble la extensión que este fenómeno tiene en nuestros días. No hay casi diario o revista que no incluya entre sus columnas, aquélla dedicada al horóscopo. Existen algunos canales de televisión que dedican tiempos de su costosa programación exclusivamente a temas astrológicos y esotéricos con programas al respecto, y lo mismo podemos decir de la radio.

En los tiempos actuales los astrólogos son, lamentablemente, cada vez más consultados; y en los quioscos de diarios, hábilmente mezcladas con ediciones periodísticas de actualidad, novelas e historias de crímenes y misterio, se puede encontrar revistas que ofrecen horóscopos y «consejos astrológicos». Es más, hoy en día los horoscoperos se presentan como «profesores», «licenciados en ciencias ocultas», «especialistas en ciencias parapsicológicas» y otras extrañas yerbas.

Entre los más destacados defensores, sacerdotes y sacerdotisas de este reavivado movimiento en América, se cita a Ludovica Squirru (horóscopo Chino), Horangel, Aschira, Lily Sullos, esta última tiene su «consulchorrio» oficina» en la Ciudad Buenos Aires y se encuentra repleto de fotografías de actores y de personajes relevantes de la vida social y cultural de nuestro país, a quienes ella, supuestamente, ha servido con sus consejos.

Estadísticas

Las estadísticas nos muestran que gran parte de nuestros contemporáneos si no consultan sus respectivos horóscopos convencidos de su exactitud, lo hacen al menos concediéndoles el privilegio de la duda: «no es que yo crea en el horóscopo, pero si sale en la tele y lo publican los diarios: ¿algo de verdad debe tener?».

Cuatro de cada diez (39%) habitantes de la provincia de Buenos Aires (Argentina), consideran que los astros tienen algún tipo de influencia en sus vidas y un muy alto porcentaje (casi el 70%) confesó leer habitualmente el horóscopo de su signo personal.

Dos de cada diez (22%) manifiestan que consultarían, sin ningún reparo, a videntes, mentalistas o astrólogos «para orientarse en sus vidas»(sic). Una cantidad similar (20%) dijo haber consultado alguna vez a un vidente o «adivino». (Hugo Haime y Asociados)

El hombre, para vivir, necesita la esperanza, y cuando pierde la que nace de la fe verdadera, esta dispuesto a creerle al primero que le prometa un venturoso porvenir: Mundus vult decipi, el mundo quiere ser engañado, decía Cayo Petronio el distinguido escritor de la corte de Nerón y por eso, en todas las edades del mundo, han existido embusteros que trataron de satisfacer este deseo de las masas.

Cuando el error y la mentira se velan con formas misteriosas o religiosas, cuando se hace intervenir como principales agentes de la mistificación a «poderes desconocidos o sobrenaturales, entonces estos arraigan de tal modo en el corazón, que ni la luz clarísima de la verdad desnuda y patente, puede arrancarlo del todo de la imaginación popular.

«Principios» astrológicos

A fin de entender aun que sea un poco de esta pseudociencia supersticiosa y sus principios, es necesario conocer primeramente el significado de su terminología más usual.

«El ‘Zodiaco» es una zona o faja celeste imaginaria a través de la cual el sol y los planetas recorren su curso anual aparente alrededor de la tierra. Se divide en doce secciones iguales. Estas secciones reciben el nombre de «signos del Zodiaco». Cada signo cubre 30 grados de círculo.

Bajo el signo de…

Se dice que una persona está »bajo» un signo (esto es, bajo su influencia), cuando el signo aparece por el punto cardinal Este, en el momento en que aquella nace. Dicen los cultores de la astrología, que cualquier planeta puede ser bueno o malo en sus efectos sobre el carácter y el destino, en función del «aspecto» que presente a los principales puntos del horóscopo. El término «horóscopo» (del griego horo, tiempo y escopo, examinar, mirar), es una carta astronómica de la posición de los planetas entre sí en un momento dado, especialmente al tiempo del nacimiento de una persona, posición que determinaría su destino.

Las pretensiones de los astrólogos son verdaderamente asombrosas. Uno lee sobre planetas cuya naturaleza es mala, y de otros que tienen una influencia que es saludable. Claro que todo ello dependiendo de donde se encuentren (¿¡). Cuando recordamos que Dios hizo todas las cosas buenas, incluyendo los planetas, no podemos menos que afirmar que esta maligna influencia es una descabellada idea que, además, ni siquiera está basada en hechos científicos y comprobables.

Pero el tema se hace mas intrincado cuando escuchamos acerca de la influencia que, según se dice, ejercen los planetas cuando se dan entre ellos determinadas condiciones. Así, la estatura de una persona, sus facciones, nariz, boca, color del cabello, etc., se atribuyen al signo del Zodiaco bajo el que nació. Claro que esto falla cuando se trata de personas de diferente raza. Es común que dos gemelos, que lógicamente nacen bajo idénticas condiciones planetarias, sean en su vida por completo distintos en carácter y personalidad… ¡Queridos astrólogos!, todas estas insostenibles macanas ¿No les permiten ver que Dios es nuestro Regidor y Guía? y no las estrellas.

Hablando científicamente

La Astronomía es una ciencia. Estudia los cuerpos celestes desde distintas interdisciplinas, ciencias exactas, física, etc. Se podía decir que la astrología es la hija loca de la Astronomía.

Fíjense que el sistema astrológico proviene del período romano. Hiparco (150 A.C) desarrolló ampliamente el zodíaco. Él formuló las doce casas y las identificó con figuras mitológicas. De allí el hecho de denominar casas a cada fragmento del zodíaco porque se pensaba que los dioses vivían en los cuerpos celestes.

El erudito Claudio Tolomeo (150 D.C) empleó las obras de Hiparco y sistematizó la astrología. El sistema de Tolomeo fue usado hasta el tiempo de Nicolás Copérnico.

Copérnico le armó el lío a los astrólogos

En el siglo XVI, Copérnico descubrió que el sol y no la tierra era el centro del sistema solar. Significaba que los planetas no se movían en círculos alrededor de la tierra como lo había enseñado equivocadamente Tolomeo. Sin embargo, los astrólogos continúan utilizando el punto de vista geocéntrico de Tolomeo, así como las mismas cartas empleadas por él, para su disparatado e inútil sistema de horóscopos.

Como si esto fuera poco han ignorado y puesto a un lado a 2 de los 3 planetas descubiertos desde 1781, Urano y Neptuno, no poniéndolos en sus tablas de influencias planetarias y ni siquiera se han molestado con Plutón.

La astronomía moderna revela un movimiento de la tierra que hace que todo el aparato de los signos zodiacales se fundamente en una ilusión… la tierra oscila como un trompo, un fenómeno llamado precesión de los equinoccios, Esto afecta la posición del sol en un día dado, aspecto que os astrólogos ignoran por completo.

Un punto más. La división astrológica en 12 casas o signos es »totalmente arbitraria». Son 13 en realidad las constelaciones del zodíaco. Los astrólogos se olvidaron la constelación decimotercera de Ophicus ( la serpiente ) a la que «expulsaron» de sus cartas astrales, por aquello de la mala prensa que tiene dicho animalito, y la superstición al respecto sobre el número 13.

¿Qué dice la Biblia?

Son relativamente pocas las referencias que la Escritura hace específicamente a la astrología, pues esta materia queda comprendida en el concepto general de adivinación, totalmente prohibida por ser una forma más de idolatría.

El pueblo judío fue llevado por inspiración a rechazar estas concepciones astrológicas. El Señor creó las estrellas, los planetas, el sol y la luna. No eran dioses.

Los profetas Isaías y Ezequiel, se opusieron tenazmente a la astrología.

El énfasis bíblico está en el hecho de que el hombre encuentra su realización en la fraternidad y servicio de Dios y no en la propia voluntad y el orgullo. Los seguidores y cultores de la astrología, tratan de atar los poderes celestiales a sus propios y caprichoso propósitos y no a los propósitos de Dios. De ese modo repiten el pecado de Lucifer…

Algunos puntos más a tener en cuenta sobre la astrología y los horóscopos

Se ha demostrado hasta el hartazgo que las revistas populares que con varios meses de anticipación ofrecen sus consejos astrológicos no tienen valor alguno ni son dignas de crédito.

La astrología es de origen «cuasi» religioso, pagano e idólatra. Los babilonios dividían el Zodiaco en tres secciones, que eran controladas por sus 3 dioses principales. Los griegos conocían gran número de planetas, y los colocaban bajo el poder gobernante de sus ídolos: Neptuno, Venus, Marte, etc. Se suponía que cada uno de estos dioses manejaba su planeta según conviniera a sus propios intereses. Esta superstición se trasladó, finalmente a las dislocadas creencias de la astrología actual.

Merece notarse que en las portadas de las revistas que se editan sobre la astrología, se anuncian simultáneamente libros que tratan de quiromancia, tarot y otras muchas supersticiones; y citan para fundamentarlas pasajes de las Sagradas Escritura tales como: »Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación, y consolación». 1 Corintios 14:3. ¡Que peligro!…

Como quiera, una »profecía» astrológica sólo puede ser correcta o falsa, siempre existe un 50% a favor de los astrólogos. ¡Que viveza! O mejor dicho ¡¡Qué avivada!!…

Es común que dos gemelos, que lógicamente nacen bajo idénticas condiciones planetarias, sean en su vida por completo distintos en carácter y personalidad.Alguien me dijo una vez, tratando de defender esta falaz creencia: «Los astros nos hablan y yo hablo con los astros» simplemente y con mucho cariño le respondí: «No pierda el tiempo, Usted puede hablar, hoy mismo, con el creador de los astros y Él sí responde: su nombre es Jesús»…

A modo de conclusión

Mi estimado amigo y amiga, Dios es nuestro Señor y Guía, no las estrellas. Recuerde, la Palabra de Dios dice en 1 Corintios 10:14 : …»huid de la idolatría», y la astrología, nos guste o no nos guste, es idolatría.

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