[Devocional_Diario] No endioses al sexo



"Así mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo.
El que ama a su esposa se ama a sí mismo, pues nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo, al contrario, lo alimenta y lo cuida, así como Cristo hace con la Iglesia".Efesios 3:28-29

Estoy compartiendo temas sobre matrimonios porque en este momento mi esposo y yo estamos dando un curso «amémonos siempre» a parejas de mi Iglesia.
El matrimonio debería reflejar la unidad de la Trinidad. Creo que Dios inventó el matrimonio con éste propósito. Así como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una unidad, el pacto matrimonial debe reflejar esta misma clase de unión del esposo y la esposa.
El problema que impide esta unión es la inmadurez de los conyugues, las constantes quejas que aparecen a través de los años, las frustraciones producto de expectativas rotas. Pero Dios nos ha llamado a ser uno solo dentro del estado matrimonial, ¿Es posible en este mundo tan dividido ser uno con mi pareja?


Una de las cosas que se oponen a esta meta es por ejemplo el apetito sexual no satisfecho.
El deseo legítimo dado por Dios se vuelve en el pretexto para que muchas bellas parejas decidan no seguir intentando en luchar por el amor de la juventud.
¿Se puede llegar al extremo de endiosar el deseo sexual? Sí, y es mi obligación advertirles que esto es pecado.
La lujuria es expresada de forma muy gráfica en Jeremías 2:24-25,33

"Cuando ardes en deseos, olfateas el viento, cuando estas en celo,no hay quien te detenga, cuando estas en celo fácilmente se te encuentra. Pero tu insistes ¡No tengo remedio amo a dioses extraños, y trás ellos me iré! ¡Que mañosa eres para conseguir amantes! ¡Hasta las malas mujeres han aprendido de ti!

El deseo legítimo dado por Dios se puede volver pecaminoso cuando lo endiosamos, se convierte en lujuria cuando nada lo satisface. El conyuge que no se siente satisfecho, se amarga, vive atormentado, busca y busca y siempre necesita más y más, pero es que cuando el amor ágape y el amor eros se separan, el sexo se transforma en sólo una necesidad compulsiva, cuando el amor puro y el deseo sexual desmedido se dividen, el sexo erótico se vuelve como la golosina que no se puede dejar, provoca un deseo desmedido que nada puede calmar,es lujuria que arrastra a la adicción.
Es aquí que el precioso pacto matrimonial se ve envilecido por la tentación, es fácil caer en la provocación de la pornografía, la masturbación, el adulterio y el divorcio.
Querido lector, el amor y el sexo son una sola cosa. El amor que se expresa en la relación sexual se vuelve una expresión de amor, no de necesidad.
El amor completo siempre se siente satisfecho, no hay recriminación, no cae en la tentación, ni en el rencor. Si sientes punzadas, estas ansioso, te sientes menoscabado como pareja, esclavo de tus propios impusos no satisfechos, no estas dando en el clavo, el amor verdadero es la unión pura de ambos sentimientos, Dios los ha otorgado,sé libre de estos impulsos que te amargan,
busca ayuda, Dios siempre estará listo a redimir tu alma turbada. Y la pareja que Dios te ha dado esta esperando sentir el amor verdadero y redimido que puedes dar, sólo entonces serán uno, y nada ni nadie los separará.
Con amor
Martha Bardales.
P.D. Gracias por sus oraciones, acabé de editar mi segundo libro de devocionales y pronto saldrá a la venta la segunda edición del primero. En verdad nunca supe que Dios podría usar las meditaciones que empecé a escribir a unos cuantos contactos que ahora se han convertido en miles de lectores en muchas partes desconocidas para mí, les doy gracias a ustedes por sobre todo, poner en práctica estos mensajes que salen de la Palabra de Dios y que con tanta simpleza trato de explicar en estos escritos. Mi corazón esta agradecida al Padre Eterno por usar a vasos toscos y simples pero que una vez llenos de su Espíritu pueden bendecir al pueblo sediento de su sabiduría.
Los bendigo queridos amigos, y otra vez, gracias.
Martha Bardales.

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