el poder del clamor

El poder del clamor
? por Bill Gothard,

Después de conocer al Señor Jesucristo y enseñar y estudiar su Palabra por muchos años, fue solo hasta hace poco que hice lo que para mí fue un descubrimiento que cambió mi vida. Vi que la Biblia hace una distinción entre ?orar? y ?clamar a Diosí. Desde entonces he notado que Él permitirá que ocurran circunstancias que no parecen tener solución, y después no hace nada para eliminar el problema. ¡Hasta que clamo! ¡Y ni un segundo antes! Cada situación parece sin esperanza y algunas veces un clamor aparenta ser inútil. Sin embargo, este es el preciso escenario que Dios quiere para demostrar su cuidado amoroso y su poderosa mano protectora. A medida que escudriñamos la Biblia con nuestros ojos y nuestros corazones del todo abiertos, no podemos evitar ver un principio inconfundible y un patrón. El pueblo de Dios, en sus momentos de necesidad, clamó con sus voces pidiendo ayuda, y Él les respondió enseguida con su poder salvador. ?¡Alza con fuerza tu voz! Álzala, no temasí. Isaías 40:9
Éste fenómeno sucede hoy en día: El periódico Dallas Morning News publicó hace poco el siguiente artículo del periodista Steve Blow, bajo el título: ?Pistolero se enfrenta al poder de la oración?
?Sherman Jackson estaba un poco atrasado para el culto de testimonios en su iglesia en un reciente domingo por la noche. Sin embargo eso fue bueno. Tenía una gran historia que contarles cuando llegara. Sherman de treinta y seis años de edad, y su hija de siete años, Alexa, se detuvieron para echar gasolina cuando iban en camino a la iglesia. <…> Cuando se disponían a salir, un tipo de unos treinta y tantos años se les acercó.
– Oiga, necesito su ayuda ?dijo él-. ¿Pudiera, por favor, ayudarme pasándole corriente a mi coche para que arranque? Le pagaré por su ayuda.
Sherman se preocupó por un momento por estar atrasado para la iglesia. Entonces se reprendió por pensar eso en lugar de ayudar a alguien. Así que invitó al hombre a sentarse en el asiento delantero. Alexa estaba atrás. Y partieron en el coche. No había conducido mucho cuando el hombre se llevó la mano al bolsillo.
– Yo pensé que estaba buscando algún dinero para pagarme por ayudarle -, dijo Sherman, pero no fue así. Él sacó un revolver con su mano derecha y puso su mano izquierda en mi hombro. Presionó el revólver contra mis costillas y dijo:
– Bien, hombre, esto es serio. Entrégueme todo su dinero ahora mismo o voy a vaciar este revólver en usted -.
Desde luego, Sherman estaba atemorizado y enojado consigo mismo por poner a su hija en peligro.
– Bien, mire, aquí está todo lo que tengo ?dijo él sacando su dinero -. Tómelo todo. Sin embargo, el ladrón no le creyó.
– Eso no es todo. Démelo todo- le dijo presionando con más fuerza el revólver contra las costillas de Sherman.
Sherman, un agente de seguros de Garland, llevaba Biblias de los Gedeones en su coche con un billete de un dólar en cada una. Él se las da a las personas sin hogar. El asaltante vio uno de esos billetes saliendo de una Biblia y comenzó a gritarle a Sherman.
– ¡Usted me mintió! Hay más dinero aquí. Entonces algo tomó el control de Sherman y él comenzó a orar en alta voz: ¡PADRE CELESTIAL, ESCUCHA MI CLAMOR Y LIBÉRAME DE ESTA MALDAD PRESENTE! <…>
De repente sintió una calma, -Perdí toda conciencia de preocupación, ? dijo él. ¡La audacia tomó el control!
Redujo la marcha del auto y comenzó a dar un giro en U. El asaltante gritó:
– ¿Qué hace usted?
– Este auto va a regresar ? dijo Sherman -, y no acepto más órdenes suyas.
– Usted no entiende ? dijo el pistolero poniendo el revólver contra el pecho de Sherman ? Usted no significa nada para mí. Apretaré el gatillo.
– Usted no comprende ? lo interrumpió Sherman -. Mayor es el que está en mí que el que está en el mundo. Mi Jesús es más poderoso que su revólver. El podía ver al asaltante apretando el gatillo, el martillo se levantó. Aun así, Sherman no se inmutó. Se movió a la orilla de la calle y detuvo el auto.
– Quiero hablarle acerca de Jesús ? le dijo al asaltante.
El hombre titubeó por un momento, bajó su revolver y después dejó caer su cabeza. Cuando la levantó de nuevo, estaba llorando.
– Lo siento mucho, señor. Lo siento muchísimo ? dijo él -. Yo lo iba a matar.
– No se preocupe. Yo lo perdono ?dijo Sherman y entonces comenzó a hablarle al hombre acerca de la nueva vida a través de creer en Jesús. Sherman alentó al hombre a que lo acompañara a la iglesia, pero él se negó. Le pidió a Sherman que lo llevara a su auto estacionado en una tienda.. Por el camino, el hombre comenzó a hablarle a Sherman acerca de todos sus problemas. Dijo que su nombre era Mike y extendió su mano para estrechar la de Sherman. Éste continuó hablándole acerca de comenzar su vida de nuevo con Dios. Mientras se acercaban a la tienda, Sherman dijo:
– Y a propósito, Mike, quiero que me devuelva mi dinero.
– ¿Qué le devuelva qué? ? Exclamó Mike, pero entonces mansamente se lo devolvió.
– Y ? continuó Sherman -, usted se va a quedar con este Nuevo Testamento y lo va a leer como nunca ha leído nada antes. Y voy a estar orando por usted, Mike, a fin de que Dios entre en su vida.
Se detuvieron junto al coche de Mike. ?Él salió, – dijo Sherman, con el revólver en una mano y con la Biblia en la otra, y con lágrimas en los ojos.
Y Sherman condujo hasta la iglesia?.
Algunos lectores le escribieron al periodista para decirle que no creían la historia. Sin embargo, un segundo artículo en el mismo periódico reveló que ?Mike? era sospechoso de estar involucrado en una racha de unos quince robos idénticos en el área. La policía le informó a Sherman que él fue el único que recuperó su dinero. Unas pocas semanas más tarde, a Mike lo capuraron y ahora está en contacto con Sherman con regularidad, quien lo visita en la cárcel.
En ese momento aterrador cuando un arma presionaba su pecho, y Sherman expresó su clamor a Dios, él seguía un patrón que se repite a través de la Palabra de Dios y de la historia. Dios escuchó y actuó, al igual que ha respondido una y otra vez al clamor de su pueblo. Y de esa manera Él anhela responderte a ti.

Y nosotros hemos conocido y creido el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. I Juan 4:16

Dios te bendiga…
Hmna. Marlenys Meza

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