¿Por Qué Los Eslabones Perdidos Aún Están Perdidos?

 ¿Por Qué Los Eslabones Perdidos Aún Están Perdidosí

 

¿Acaso se le pasó algún punto a Charles Darwin en su teoría de la evolución?

 

por Charles Colson
Una tienda que se especializa en la venta de parafernalia política del pasado tiene en exposición un botón de campaña que dice «Ronald Reagan es el eslabón perdido». Es una broma que los científicos pueden apreciar, ya que de un siglo y medio después de Darwin, los eslabones perdidos en los registros de los fósiles todavía están. . . perdidos. El eslabón perdido es el gran agujero en el Darwinismo.

Y ahora un nuevo libro escrito por el biólogo Jeffrey Schwartz recomienda dejar completamente a un lado a Darwin y buscar otra explicación de cómo se desarrolló la vida.

La teoría Darviniana estándar dice que nuevas especies surgieron debido a la acumulación gradual de diminutas mutaciones. La teoría predice que el registro de los fósiles revelará cientos de miles de fósiles en transición enlazando cada especie a la siguiente.

Pero el registro de los fósiles no muestra tal cosa. En lugar de esto que menciona, nuevas especies aparecieron de repente – virtualmente de la noche a la mañana. Como lo pone Schwartz, las aletas de pronto se convirtieron en piernas, sin un rastro de formas intermedias. De manera similar, él dice, no se ve la evolución gradual de las plumas o si tienes plumas o no.

Inclusive los ojos aparecieron de la nada. La idea Darwiniana de que un ojo evoluciona lentamente a lo largo de incontables generaciones y a través de dolorosas acumulaciones de diminutas mutaciones – es incorrecta.Dice Schwartz.

No hay duda de por qué él titula su nuevo libro Orígenes Repentinos.Y no hay duda de porque él ahora está en problemas con la comunidad científica. Desde Darwin, muchos biólogos se habían abrazado a la esperanza de que los espacios vacíos en el registro de los fósiles eventualmente serían llenados, que los eslabones perdidos serían descubiertos. Pero Schwartz está diciendo que los espacios vacíos nunca se van a llenar – porque los eslabones perdidos nunca existieron. Él anima a los biólogos a comenzar a buscar una nueva teoría que explique el origen repentino de las estructuras orgánicas.

El mismo Schwartz piensa que ha encontrado dicha teoría, basado en la acción tan llamada genes homeobox– genes reguladores que se encienden y se apagan durante el desarrollo de los embriones. La teoría dice que inclusive mutaciones pequeñas en un gene homeobox en las etapas tempranas de desarrollo provocarían cambios mayores más tarde, conforme el organismo crece.

Pero la mayoría de los biólogos encuentran la teoría de Schwartz inverosímil. Parece una hipótesis un tanto loca,dice el biólogo William McGinnis. Las mutaciones en los genes homeobox si resultan en formas drásticamente diferentes en una especie, McGinnis dice, pero la mayoría de estos animales mueren o están muy enfermos.

Verán, para crear una nueva especie a través de mutaciones se requeriría un enorme número de cambios coordinados todos al mismo tiempo. Un pez que de pronto desarrolle pulmones, por ejemplo, mas vale que haya desarrollado piernas al mismo tiempo o simplemente se va a ahogar. Una jirafa que desarrolle un cuello tan largo debe desarrollar el mismo un corazón lo suficientemente fuerte como para que bombee la sangre hasta su cuello.

Pero en la teoría naturalista de Schwartz, no hay una fuerza reguladora que coordine todos esos cambios, así que las nuevas formas de vida no irían a otro lugar que no fuera el panteón.

Schwartz nos hace un favor al destacar la falla del Darwinismo, pero su teoría sustituta de la evolución no es mejor. Cosas vivientes exhiben niveles de ingeniería y diseño que los científicos apenas están empezando a arañar – lo que lógicamente sugiere que esas formas de vida son la creación de un gran Ingeniero, un diseñador Divino.

La teoría que mejor se acerca a los hechos es aquella que comienza con una causa inteligente detrás la maravillosa complejidad de las cosas vivientes.

Tomado Breakpoint, 8-5-99, Copyright © 1999, reimpreso con el permiso de Prison Fellowship Ministries, P.O. Box 17500, Washington, D.C., 20041-0500.

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