No Pida Un Milagro Provóquelo

no-pedir-milagros-provocarlos
Los Milagros de Dios ¿Cómo provocarlos? ¿Qué dice la Biblia?

Los Milagros de Dios ¿Cómo provocarlos?

Lea Hechos 4:32-35, 5:12-16

Los milagros en la Biblia no son espontáneos, ni coincidencias, ni accidentes. Todos los milagros bíblicos obedecen a un patrón. Por un lado encontramos a un Dios de posibilidades, para quien nada es imposible. Por otro, gente en situaciones de crisis que necesitan urgentemente una intervención divina.

En toda la Biblia va a encontrar testimonios de milagros de todo tipo. Sin embargo, también encontrará evidencias de que hay dos clases de personas: los «receptores de milagros» y un grupo quizás más reducido a los que llamaremos «provocadores de milagros». Y créame, existe una gran diferencia entre ambos.

No es lo mismo vivir bajo bendición que vivir de milagro en milagro. No estoy insinuando que vivir de milagro en milagro esté mal; sin embargo, eso no representa el ideal de Dios para sus hijos. Es como usted decirle a su hijo: «Hoy almorzarás, comerás y te acostarás si ocurre un milagrito».

El milagro, por definición, se produce en situaciones de crisis. El provocador de milagros vive bajo una unción permanente que no depende del milagro; más bien, los reproduce en otros. Las bendiciones no tienen porque ir y venir.

De acuerdo a las Escrituras, deben seguirle todos los días de su vida e ir aumentando en intensidad. Y aún más, deben alcanzar a sus hijos y a los hijos de sus hijos.

Dios ciertamente libera milagros cuando usted está en situaciones de crisis. Pero cuando usted conoce cómo operar consistentemente en obediencia, no necesitará ver milagros:

?Recibirá bendición de Jehová y justicia del Dios de salvación (constantemente)? (Salmo 24:5).

Algunos hemos vivido ambas experiencias. Personalmente sé lo que es vivir de milagro en milagro y conozco lo que es vivir de bendición en bendición. Y no sé usted, pero prefiero lo último.

Doy gracias a Dios por los milagros, pero no hay nada que se compare a la certeza de vivir bajo la unción que produce la continua bendición de Dios.

Algunos milagros producen tristeza e incluso en algunos estuvo asociado con perdidas; sin embargo, «la bendición de Jehová es la que enriquece y no añade tristeza con ella» (Proverbios 10.22).

Cuando usted camina en bendición, está en capacidad de provocar milagros en otros. La bendición no tiene que llegar sobre los «provocadores de milagros», ellos viven bajo ella día a día.

Los milagros son buenos pero no representan la mejor parte de Dios. Piense en el niño que sembró cinco panes y dos peces. Jesús los bendijo y a través de esa bendición alimentó a miles de personas.

Eso fue más que un milagro… fue una bendición. Si no hubiera bendecido aquella ofrenda, la gente no habría comido. Para ellos fue un milagro, para él fue una consecuencia lógica de la unción (bendición).

Los creyentes nos hemos complacido en ser receptores y consumidores de milagros. Pero Jesús nunca fue aspirante a recibir milagros. La genética de Jesús es ser provocador de milagros. Marcos 3:9 dice que «la multitud [de clientes de milagros] lo oprimían». Jesús vivía bajo la unción; sin embargo, sus seguidores vivían de milagro en milagro. Hay que cambiar de postura y posición.

En la Biblia, todo el que recibió algún milagro estuvo de una forma u otra postrado, incapacitado, impedido; imposibilitado de cuerpo o de alma. Pero si lee con cuidado también notará que dondequiera que hubo un milagro también hubo un bendecido… de pie.

Siempre que Dios quiso hacer un milagro lo hizo a través de un bendecido. Jamás Dios hizo un milagro sin mediar con un ungido.

¿Quiere ser un receptor o un provocador de milagros?

El provocador de milagros se distingue del receptor en postura y posición. Una buena ilustración para entender la dinámica de la bendición divina es la del lanzador y el bateador en el béisbol. Dios es el lanzador, y usted y yo somos los bateadores.

El Señor está continuamente lanzando bendición. Sin embargo, para poder «darle a la bola» todo bateador efectivo tendrá que estar en postura y en posición.

Los lanzamientos de Dios, lo veamos o no, siempre serán oportunidades. No obstante, para poder aprovecharlos, tenemos que estar listos. De lo contrario, lo más que va a obtener es una base por bola y llegará a primera base «de milagro».

Como en el béisbol, Dios no va estar anunciándole cada uno de sus lanzamientos. Usted debe tener siempre la vista puesta en él o nunca será un provocador de carreras.

Sus mejores lanzamientos serán aprovechados por los que estén en postura y en posición (actitud correcta).

No pida un milagro, ¡provóquelo! La mayoría de los milagros no serían necesarios si la gente aprendiera a vivir bajo la unción.

La crisis de la novena entrada en el béisbol es la oportunidad ideal para coronarle de gloria. Dios está con usted en su crisis y puede estar seguro de que le va a enviar el lanzamiento de la gran oportunidad, pero sino está en la postura y posición adecuada, se va a ponchar.

Edwin Lemuel Ortíz

Enlaces de Devocionales Cristianos

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí