[devocional-domingo] 04 de septiembre de 2005 – Temible inconsciencia.

Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea.
Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; 
y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo,
y de carros de fuego alrededor de Eliseo. 

2 Reyes 6:17.

Gustad, y ved que es bueno Jehová;
Dichoso el hombre que confía en él.

Salmo 34:8.

Temible inconsciencia

       Circulábamos a alta velocidad. Delante de nosotros, un auto que llevaba sobre su techo varias bicicletas mal acomodadas inquietaba a nuestros hijos. De repente, una bicicleta se desprendió, dio una voltereta y cayó sobre el asfalto en un centellear de chispas. Un grito, una maniobra con el volante y pasamos sanos y salvos. Por desdicha, detrás de nosotros se oyó un rechinar de llantas, luego una colisión y ocurrió el choque cadena. Nos detuvimos, pero como los daños sólo eran materiales, volvimos a partir. Mas en el auto no se decía una palabra. Los niños tenían miedo, ahora comprendían el peligro de la ruta. Éste es siempre el mismo, pero ellos tomaron conciencia de ello en ese momento y su actitud cambió.

       ¿No ocurre lo mismo en el ámbito espiritual? Muchos siguen tranquilamente su camino, no porque estén seguros, sino porque no tienen conciencia del peligro. ¿Qué peligro? El del exponerse al juicio de Dios y a su condena. Es una solemne verdad. Pero es necesario mirarla de frente… ¡y sentir un justo temor!

       Sin embargo, también es necesario tomar conciencia de otra cosa: del amor de Dios por todos los hombres, un amor profundo, inmenso, que sobrepasa toda la miseria humana. Este amor respondió perfectamente al juicio y a la condenación mediante el sacrificio de Jesucristo. ¿Ya creyó en él?

  • El devocional diario, es editado por: "La Buena Semilla" 1166 Perroy (Suiza) © Copyright: Todos los derechos reservados.
  • El texto enviado hoy es el del día correspondiente del año pasado.
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