[devocional-jueves] 29 de septiembre de 2005 – Boicoteo.

No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal,
de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;
ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado
como instrumentos de iniquidad.

Romanos 6:12-13.

Boicoteo

       Durante las últimas décadas se han podido desarrollar especies de papas resistentes al mildiu. Hace unos 150 años, en Irlanda, esa enfermedad produjo una gran hambre a causa de la cual murieron más de un millón de personas. Esto reforzó la resistencia de los pobres arrendatarios irlandeses a los grandes propietarios ingleses o simpatizantes de los ingleses. En 1880, como otras hambrunas amenazaban a los irlandeses, éstos exigieron una rebaja del 25% en las entregas de sus cosechas. El administrador inglés, llamado Boicot, no aceptó ese pedido y fue el primero en sentir la creciente presión. Los irlandeses rehusaron comprarle o venderle cualquier clase de productos y rompieron toda relación comercial con él. De ahí la palabra ?boicot o boicoteo?.

       Dios también nos anima a un ?boicoteo?, pero no para hacer reivindicaciones sociales, por más comprensibles que sean, sino para incitarnos a renunciar a cada exigencia del pecado y sustraernos a su nefasta influencia.

       El ?boicoteo? debe ser tan completo que debemos considerarnos ?muertos al pecado? (Romanos 6:11). Y Dios promete que esto tendrá éxito: ?El pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia? (Romanos 6:14). Esto, por supuesto, es posible con la condición de que hayamos aceptado la gracia de Dios en Jesucristo, confiando plenamente en él y en su obra redentora. Sólo entonces seremos capaces de ?boicotear? el pecado con el poder de Dios.

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