Nuestro Andar Diario 14 de septiembre de 2005

Nuestro Andar Diario

14 de septiembre de 2005

2 Samuel 1:1-24
1 Sucedi? que después de la muerte de SaÉl, habiendo regresado David de la derrota de los amalecitas, David permaneci? dos días en Siclag. 2 Y al tercer día, he aquí, un hombre lleg? del campamento de SaÉl con sus ropas rasgadas y polvo sobre su cabeza, y al llegar ante David, cay? en tierra y se postr?. 3 Y David le dijo: ¿De dónde vienesí Y Él le respondió: Me he escapado del campamento de Israel. 4 David le pregunt?: ?Qu? aconteci?? Te ruego que me lo digas. Y Él respondió: El pueblo ha huido de la batalla, y también muchos del pueblo han ca?do y han muerto; también SaÉl y su hijo Jonat?n han muerto. . . . 11 Entonces David agarr? sus ropas y las rasg?, y así hicieron también todos los hombres que estaban con Él. 12 Y se lamentaron y lloraron y ayunaron hasta el atardecer por SaÉl y por su hijo Jonat?n, por el pueblo del SE?OR y por la casa de Israel, porque hab?an ca?do a espada . . . 24 Hijas de Israel, llorad por SaÉl.

Una historia más grande
Muerto de hambre. . . abandonado. . . perseguido y acosado. David se escondi? en cuevas y viaj? al amparo de la noche durante a?os. Y todo por causa de un amigo.

David hab?a servido a SaÉl y hab?a creído en el rey. Le hab?a sido leal a su causa y hab?a arriesgado su vida en batalla. Hubo una ?poca cuando fueron amigos, y SaÉl lo consideraba como uno más de sus hijos.

Pero el rey se agri? con los celos y David pasí de ser un amigo a ser una presa. SaÉl se hab?a propuesto localizar a David. Él habr?a de asesinar a ese mismo a quien una vez hab?a abrazado. David huy?, se arrastr? en medio de las sombras y temi? por su vida.

Entonces lleg? un horroroso mensaje en un día inesperado. El rey y todos sus hijos hab?an sido asesinados. Se pensar?a que el «cazado» se regocijar?a de que su enemigo hubiese muerto. Pero no David. Él llor?.

Con el corazón destrozado, David compuso una canci?n de lamento. Era una canci?n para que todo Israel la adoptara en un momento de duelo nacional. En este poema oscuro aparecen palabras peculiares llenas de gracia: «Hijas de Israel, llorad por SaÉl.»

?Llorar por SaÉl, quien lo hab?a traicionado? Llorad por SaÉl.

David estaba lleno de defectos pecaminosos, pero hab?a algo que conoc?a mejor que su propio fracaso: reconoc?a que su vida formaba parte de una historia más grande. Para David, la muerte de SaÉl trataba de algo mucho más grande que Él mismo. El verdadero drama no se centraba en el conflicto entre un pastor y un rey; estas escaramuzas sÉlo eran un subargumento dentro de una historia mucho más grande: la historia de Dios.

En la historia de Dios, SaÉl era rey. Los monarcas, los rebeldes y las naciones sÉlo tenían un verdadero propósito: la gloria de un gran Dios. Y esta historia final permiti? a David entender la vida de renegado que se le hab?a atribuido. Esta historia mayor incluso le permiti? guardar luto por la muerte de un enemigo.

La historia de Dios nos ofrece la misma invitaci?n. No nos ocultar? nuestro dolor, nuestro sufrimiento o nuestro pecado. Pero nos har? avanzar más allí de nosotros mismos, hacia un escenario mucho más espl?ndido en el que veremos el gui?n mucho más convincente escrito por Dios.  –WC

destino
¿Cuál creo yo que es la historia final: la mía o la de Diosí ?Qu? circunstancias en mi vida me alejan del gui?n de Diosí  ?C?mo responde mi corazón a la idea de que hay algo más grande que yo en este mundo?

en resumidas cuentas: entra en el escenario de Dios: es la realidad.

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