[GRUPOMINISTERIOMUJER] El Misterio

?Más el no respondió palabra?. Mt. 15:23

Por medio de estas líneas, quisiera que al igual que yo, puedas alcanzar a entender por qué muchas veces el Señor Jesús calla ante nosotros.

Hace algunos meses me encontraba un poco desorientada por lo que Dios estaba haciendo en mi vida, era algo para mí muy drástico, porque sucede que en ocasiones nosotros como humanos un tanto inexpertos, queremos forzar la mano de Dios.

Pero comprendí que Él en su amor de Padre, no nos da lo que le pedimos con tanta insistencia aunque, Él ve nuestra pena.

Pero en esos momentos debemos de recordar algo:

?Si dejamos que el Señor preparé nuestro camino y lo dejamos elegir por nosotros, no habrá carga pesada que tengamos que soportar?. Mt. 11:30

En esos momentos en los cuales me sentía muy desorientada, llegó hasta a mí una carta, la cual en este día quiero compartir contigo.

Puede ser que algún hijo de Dios esté leyendo estas líneas y esté pasando por alguna terrible aflicción, desilusión amarga, y haya recibido algún descorazonamiento de donde menos lo esperaba.

Y tú estés esperando la voz de Dios que te diga: ¡Toma aliento! Y que su mano cariñosa se pose sobre tu hombro; pero en vez de todo esto sólo te encuentras con el silencio y en un estado de miseria y misterio de que: ?Él no respondió palabra?.

¿Sabesí, la ternura del corazón de Dios debe ser herida al escuchar las tristes quejas que se elevan de nuestros corazones débiles e impacientes
( 2 P. 3:9 ).

Pero si tan sólo nos detuviéramos un momento y nos diéramos cuenta de que si Él no nos contesta es por nuestro bienestar.

Y que el silencio de Cristo es tan elocuente, como una palabra y puede ser no una señal de rechazamiento, sino de su aprobación y de un profundo propósito de bendición para nosotros.

Y después de comprender cada parte de lo que Dios quiere para nosotros, creo que querría decirle a nuestra alma:
?¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mi? Espera en Dios ?Sal. 42:5.

Ahora hermanos pongamos atención a esta historia, en ésta nos relata una mujer cristiana observó a otras tres en oración.

Al arrodillarse las tres cristianas, el Señor se acercó a ellas:

Cuando llegó a donde se encontraba la primera, se inclinó hacia ella con mucha gentileza y ternura, y con una sonrisa llena de amor le habló con el acento más puro y melodioso.

A l dejarla, pasó a la segunda y al observarla, lo único que hizo fue colocar su mano sobre su inclinada cabeza y darle una mirada de aprobación amorosa.

Mas por la tercera pasó precipitadamente sin detenerse para mirarla, ni siquiera le dijo una sola palabra.

La mujer de dijo en su sueño ¡Cuánto debe de amar a la primera; y a la segunda le dio su aprobación, pero no las señales de amor que le dio a la primera y la tercera debe de haberlo afligido profundamente; porque Él no la miró ni le dijo ni una sola palabra.

Se preguntó:

¿Qué es lo que ella habrá hecho? Y ¿Por qué el hizo tanta diferencia entre las tresí Trataba de explicarse a sí misma la forma de actuar del Señor Jesús.

Él mismo se puso a su lado y le dijo:

¡Oh mujer! Qué erróneamente me has interpretado y le explicó:

La primera mujer arrodillada tiene necesidad de todo el peso de mi amor y mi cuidado para guardar sus pies por mi sendero estrecho, ella necesita mi amor , mis pensamientos y ayuda a cada momento del día, si ello fracasaría y caería.

La segunda mujer tiene una Fé robusta y un amor más profundo en Mí, y puedo confiar que ella confía en Mí, suceda lo que suceda, y no le afecta que la gente haga lo que haga o en todo caso diga lo que diga.

La tercera mujer, a quien parecía que no percibí y descuidé, posee una Fé y un amor en Mí de la calidad más refinada y la estoy entrenando por medio de procesos rápidos y drásticos, para el servicio más elevado y santo.

Ella me conoce tan íntimamente y confía tan por completo en Mí, que no tiene la necesidad de palabras, miradas o señales exteriores para mi aprobación.

Ella no desmaya, ni se desalienta por ninguna circunstancia o prueba que yo le prepare para que la haga pasar.

Ella confía en Mí; cuando el sentido, la razón y el instinto más fino del corazón se rebela, ella sabe que obro en ella para la eternidad y aunque por ahora no sabe la explicación de lo que hago, lo comprenderá en su momento.

Yo guardo silencio en mi amor, porque amo más de lo que las palabras pueden expresar o de lo que el corazón humano puede comprender, y también por amor hacia vosotros.

Para que aprendáis a amarme y a confiar en Mí como os enseña el Espíritu Santo, para que respondáis espontáneamente a mi amor sin el estímulo de ninguna señal exterior.

Querido amigo y hermano:

Espero que este pasaje te ayude a entender acerca del silencio de nuestro Señor, y con la confianza puesta en Él, y puedas decir con toda certeza:
?Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre?. Sal. 73:26.

Además nunca debes olvidar: ?Todo lo puedo en Cristo que me fortalece?. Fil. 4:13.

?Y en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, para contar todas tus obrasí Sal. 73:28.

Dios les bendiga y les prospere grandemente

Shalom.