Una Fe Inconmovible

Una Fe Inconmovible

Imagine la niñita de tres años que repentinamente se da cuenta que ha perdido de vista a su papá; imagine la sensación de temor, el sentimiento de peligro y de inseguridad, y la necesidad de salir de la situación. Papá sigue viéndola, pero ella no puede localizarlo.
Las tragedias nos llegan con igual rapidez; el temor nos invade y las dificultades nos agotan. ¿Dónde está nuestro Padre celestial? Si somos capaces de quitar nuestra mente de las dificultades y mirar hacia arriba con ojos espirituales, veremos que nuestro Padre celestial sigue cerca de nosotros (Dt. 31:6).

Lamentablemente, las dificultades atraen, como un imán, nuestra atención; hace falta cierto esfuerzo para que apartemos nuestra mirada de la adversidad y la fijemos en el Señor. Al cultivar el hábito de buscar la presencia de Dios cada día, será más fácil hacerlo en medio de una crisis. El mejor momento para practicar esto es cuando los problemas de nuestra vida son «normales» y el nivel de estrés es tolerable, es en estos precisos momentos cuando tenemos la tentación de concentrarnos en nuestra rutina y buscar solo ocasionalmente a nuestro Padre celestial.

Debemos convertirnos en personas que busquen sin cesar evidencias de la cercanía de Dios. Podemos buscarla en la creación, en los cristianos con quien adoramos y servimos, y en nuestras propias vidas. Con ojos entrenados para buscar a Dios con afán, podremos mirar hacia arriba y encontrarlo en las noches oscuras de nuestra vida (Hch. 7:55).

Una fe inconmovible se desarrolla cuando abrazamos las verdades fundamentales de la Biblia. Una de esas verdades es la soberanía de Dios. Para tener una fe que nos sostenga en las pruebas más duras, necesitamos saber que Dios tiene siempre el control. ¿Qué cree usted en cuanto a su Padre celestial? La soberanía de Dios puede ser una verdad difícil de creer cuando a su hija le han diagnosticado un tumor cerebral; cuando alguien a quien usted quiere está a punto de morir; o el lugar donde usted trabaja ha cerrado.

Dios nos invita a descubrir la verdad de Su soberanía, a través de las páginas de Su Palabra. Nos invita a venir a Él en fe. Nos llama a acercarnos a Él para que conozcamos la Verdad, a Jesús (Jn. 14:6). Espera que nos volvamos a Él con nuestras dudas y temores, para que pueda revelarnos las profundidades de Su amor y de Su sabiduría.
Dios revela en Su Palabra la seguridad de Su soberanía, amor y preocupación por nosotros. Anhelemos conocer a Dios como Él es en realidad. (Jer. 29:13). Deje de lado ideas preconcebidas acerca de cómo Dios debe actuar, y el Espíritu Santo le revelará que Dios es exactamente quién Él dice que es. Luego, al conocerlo más de lleno, nuestra fe crecerá en profundidad y solidez.

Jesús mismo nos invita a venir a Él y aprender de Él «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mt. 11:28). Descubra en Su Palabra las verdades que llevan a una fe inconmovible.

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