Devocional Cristiano – Deja de pelear con la burra

Balan y la BurraDeja de pelear con la burra

Cuando la burra vio al ángel del Señor en medio del camino, con la espada desenvainada, se apartó del camino para meterse en el campo. Pero Balán la golpeó para hacerla volver al camino.
El ángel del Señor se detuvo en un sendero estrecho que estaba entre dos viñas, con cercos de piedra en ambos lados. Cuando la burra vio al ángel del Señor, se arrimó contra la pared, con lo que lastimó el pie de Balán. Entonces Balán volvió a pegarle.
El ángel del Señor se les adelantó y se detuvo en un lugar más estrecho, donde ya no hacía donde volverse.
Cuando la burra vio al ángel del Señor. Se echó al suelo con Balán encima. Entonces se encendió la ira de Balán y golpeó a la burra con un palo. Pero el Señor hizo hablar a la burra, y ella le dijo a Balán:

-¿Acaso no soy la burra sobre la que siempre has montado, hasta el día de hoy ¿Alguna vez te hice algo así
-No- respondió Balán
El Señor abrió los ojos de Balán, y éste pudo ver al ángel del Señor en el camino y empuñando la espada. Balán se inclinó entonces y se postró rostro en tierra .Números 22: 23-31

Los moabitas le tenían terror al pueblo bendecido por Dios, sabían que el ejército numeroso de Jacob tenía a Dios como capitán.

En aquel tiempo Balac era rey de los moabitas, así que mandó llamar a Balán.

Como Balac creía que no había fuerza militar que pudiera oponerse a Israel acudió a consejeros y medios de adivinación paganos, para enfrentar a Israel, pueblo de Yahvé. ¡Que mejor que un profeta adivino de fama internacional como Balán!

En la cosmovisión bíblica la maldición y bendición son más que un simple deseo. Cuando son pronunciadas por personas de rango y relevancia tienen eficacia y se convierten en realidad. Balac pensó que una maldición de Balán bastaba para que sus enemigos desaparecieran.

Pero éste vidente no era vocero de Dios, él era más bien profeta de cualquier dios (Números 31:1-8, Deuteronomio 23:3-5, Josué 13:22).


Dios se le apareció a Balán, no era el Señor del profeta mentiroso, Balán no se había percatado aún de que el Dios de Israel no se parecía en nada a las deidades a las que estaba acostumbrado a adorar, los dioses con los que maquinaba sus planes malvados.

Dios le había prohibido a este adivino ir contra Israel. Parece una contradicción, pero le da permiso después, es que la ambición del asalariado por ganancias deshonestas hacen evidentes la deshonestidad de sus motivaciones. El Señor conocía las verdaderas intenciones de Balán y con gran furor encaró al profeta pagano.

La asna del vidente vio al ángel, pero el falso profeta de fama internacional estaba ciego a la realidad espiritual. Este animal al que proverbialmente se le considera estúpido, puede ver al ángel en el camino, sin embargo Balán que era especialista en adivinación por medio de animales no vio nada. El especialista falló, mientras que su animal contempló lo que su amo era incapaz por su ceguera espiritual.

El animal fue el objeto de la ira incontrolable de Balán, se desquitó con él, ¡Qué se creía este tonto animal para hacerle perder tanto tiempo! ¡Lo estaba dejando mal con toda la comitiva que el Rey de Moab le había mandado para escoltarlo! ¡Le habían prometido caudales de oro! ¡El tenía fama y renombre! ¡Ninguna burra majadera y estúpida le quitaría esta gran oportunidad!
-¡Si hubiera una espada te mataría de inmediato!-

¡Que cuadro tan ridículo del desdichado Balán! Dios le había dicho: No, pero en el fondo de su corazón no estaba de acuerdo con el Señor, estaba decidido a borrar del mapa a todo el que se opusiera a sus planes.

Y el Señor le abrió los ojos, ocurrió el milagro, el incrédulo vio la Presencia de Dios:

-Limitate a decir sólo lo que yo te mande-

Balac se quedó con la boca semiabierta cuando el renombrado profeta le dijo:

-Bueno, ya estoy aquí, me mandaste llamar, pero sólo
que no podré decir nada que Dios no ponga en mi boca-

Un momentito, tú tienes fama de ser un buen entendedor, tu popularidad dice justamente que te puedes entender muy bien con el que te contrata, ¿por qué ahora te me tiras para atrás

Balac ofreció sacrificios de vacas y ovejas antes de llevar a Balán para que vea desde lo alto al pueblo que debía ser maldecido por él. Este sacrificio no eran ofrendas a Dios, los pedazos que le dieron a Balán tenían el objetivo de ser usados como objetos de adivinación. Pero Dios había sido claro con Balán en el camino, así que no hizo lo que el Rey esperaba. Y fue frustrado el primer intento de maldición.

Balac siguió ofreciendo sus sacrificios paganos al adivinador de Oriente, hígados que se usaban para conocer la fortuna se contaban en el fuego de sacrificio, pero Balán no puedo maldecir a un Pueblo que Dios había escogido para ser bendito entre las naciones.

Esta historia continúa. El fin del profeta mentiroso terminó con castigo, los asalariados no pueden jugar con Dios, terminan donde su ambición los lleva. Pero, los golpes que le dio a su burra me llaman más la atención, me hacen ver la terquedad no de la asna sino del vidente, que con tanto afán trataba de hacer su voluntad, cumplir con sus sueños, lograr sus metas. Dios le puso el ALTO, y aunque sacara la espada Dios haría lo que el preparó de antemano.

No le tuerzas el brazo a Dios, sometete a su voluntad, deja de golpear, estas dando puñetazos al aire.

Martha Vílchez de Bardales


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