[GRUPOMINISTERIOMUJER] SIN LIMITES

SIN LIMITES.
Por Pastor Bruno Frigoli
 
Si alguna vez ha visto dibujos animados, seguramente ha visto ?Pinky y el Cerebro?. Es un dibujo bastante divertido que trata de dos ratas de laboratorio que tratan de conquistar el mundo.

Cerebro es el que lógicamente inventa las ideas, y Pinky es el que participa pero de alguna manera siempre lo hecha a perder.

Hacen un sinfín de locuras e intentos radicales con el propósito de conquista mundial.

Y Pinky siempre pregunta:

?¿Qué haremos hoy cerebro??

Y el contesta:

¿ que siempre hacemos Pinky, tratar de conquistar el mundo.?

En cierta manera, ese debe ser el lema de todo creyente. No conquistar para poder dominar el mundo y ser un dictador, sino que conquistar el mundo con el amor de Cristo.

Nosotros lo llamamos la Gran Comisión.

Y JESÚS SE ACERCÓ Y LES HABLÓ DICIENDO:

TODA POTESTAD ME ES DADA EN EL CIELO Y EN LA TIERRA.

POR TANTO, ID, Y HACED DISCÍPULOS A TODAS LAS NACIONES, BAUTIZÁNDOLOS EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO; ENSEÑÁNDOLES QUE GUARDEN TODAS LAS COSAS QUE OS HE MANDADO; Y HE AQUÍ YO ESTOY CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS, HASTA EL FIN DEL MUNDO. AMÉN.

Mateo 28:18-20

Hay al menos cuatro partes de esta comisión que Jesús nos entrega. Porque no es la gran sugerencia, o la gran idea, sino que es la gran comisión.

Y se llama gran, porque debe formar una parte importante de nuestras vidas y nuestra iglesia.

Cristo nos da cuatro cosas, que se podría representar de la siguiente manera: dinamita, una brújula, una planta y la presencia.

1. Dinamita?

Cuando hablamos de ir a todas las naciones y hacer discípulos, a veces pensamos en términos de dibujos animados: es bueno como un cuento y tal vez podría suceder en algún mundo de fantasía, pero en la vida real, no es muy probable que pase.

Es como si Pinky y el Cerebro tratasen de conquistar el mundo. Simplemente no se puede hacer.

Cerebro siempre trataba de crear alguna invención para conquistar el mundo. A veces era un robot, otras veces eran mensajes subliminales, pero nunca iba con las manos vacías.

Siempre tenía algo que podía usar.

Y cuando Jesús nos manda en esta gran comisión, no nos manda con las manos vacías, sino que nos entrega lo que nosotros necesitamos.

Y contrario a lo que muchos piensan y a veces sienten, la necesidad más grande no es más dinero, o mayores recursos, no es de tecnología u otras cosas. Aunque cada una de esas cosas son muy importante.

La necesidad más grande que nosotros tenemos para completar la gran comisión es poder.

Es más, la base de la Gran Comisión se encuentra en el poder del Señor Jesucristo.

TODA POTESTAD ME ES DADA EN EL CIELO Y EN LA TIERRA.

POR TANTO, ID, Y HACED DISCÍPULOS?
Mateo 28:18-19

Jesús estaba diciendo:

?Como yo tengo todo el poder en el cielo y en la tierra, vayan, hagan discípulos.?

La palabra usada para poder es dunamis, de donde nosotros sacamos la palabra dinamita.

Al hablar acerca de poder, es fácil perder la noción de lo que estamos hablando. Porque el poder de Jesús va más allá de lo que podemos imaginar.

No hay nadie, ni nada que se le pueda comparar. Ni el diablo tiene un poder similar que Jesús.

Y algo que va mano en mano con poder es autoridad. El que tiene todo el poder, tiene toda la autoridad.

Por lo tanto, lo que Jesús nos esta indicando a hacer esta basado en su poder y en su autoridad. En otras palabras, esta destinado a ganar.

No hay nada que se le pueda hacer frente.

Al momento que nosotros nos topamos con un obstáculo en el camino de discipular a las naciones, lo único que tenemos que hacer es recordar quien nos envío, y recordar que Él tiene todo el poder.

Hacer las cosas con nuestros recursos es como tener un petardo. Tal vez pueda causar un ruido fuerte, pero no hace nada más.

Sin embargo, si tuviéramos que tirar dinamita, no solo causaría un gran ruido, sino que causaría un gran impacto.

La capacidad para hacer discípulos requiere poder, y Cristo tiene todo el poder.

Por lo tanto, la Gran Comisión no es algo imposible, sino que con Jesús, es algo mas que posible.

2) La Brújula–

No solo tenemos el poder de Jesús para hacer lo que tenemos que hacer, sino que también nosotros tenemos una brújula.

Nuestro llamado no es de estar sentados y esperar a que las personas lleguen a nosotros, nuestro llamado es ir.

Respaldados con el poder de Jesús, nosotros tenemos que tomar la iniciativa de alcanzar a los demás.

Jesús nos llama a ser activos, no pasivos. De participar, no estar sentados.

Por eso nos entrega una brújula, y nos dice:

?Vamos, a caminar.?

Una vez vi una tira cómica de Snoopy, que le muestra en algún lugar al aire libre con un mapa y una brújula.

Y esta leyendo unas instrucciones que dicen:

?Para llegar a tu destino final, sigue la brújula.?

El siguiente cuadro muestra la brújula en el suelo en frente de Snoopy y él diciendo:

?Ya, yo te sigo.?

La labor es tan grande, que a veces no sabemos dónde empezar. Hay tantas personas, tantos que ni ha escuchado el evangelio todavía, que parece ser algo abrumador.

Por eso Cristo nos entrega una brújula. Pero la brújula no sirve de mucho sino tenemos una mapa y un destino final.

Hay dos principios que encontramos en la Palabra que nos ayuda a saber que hacer o donde empezar.

La primera es lo que llamo el principio Ester. En un momento cuando Israel estaba pasando por un mal momento, y estaba en peligro de ser exterminados por completo, entra Ester en el escenario.

Justo se da que en ese momento el rey se enoja con su esposa, y la castiga. Y decide tener un concurso de belleza para elegir la próxima reina.

Ester, una mujer judía, gana la competencia y es elegida como reina.

En ese momento, habían personas en lugares de gran influencia que estaban queriendo matar a todos los Israelitas, pero justo Ester, en peligro de vida, interviene. Y el pueblo de Israel es salvado.

Hay un versículo en el libro de Ester que me encanta, y que resume un poco la historia:

?¿Y QUIÉN SABE SI PARA ESTA HORA HAS LLEGADO AL REINO??
Ester 4:14

No estás en el lugar donde estas por accidente. Estás en un lugar estratégico, para una hora como esta, para hacer un impacto en tu mundo.

No estás en la compañía donde trabajas por accidente, no estás cuidando la casa por accidente, no estás en la universidad por accidente, no estás trabajando donde trabajas por accidente, Dios tiene un plan para ti, y te tiene en ese lugar.

Es allí donde tienes que ser luz. Es allí donde Dios te quiere usar. Es allí donde Dios incluso quiere hacer milagros. Allí, en el lugar donde estás.

El otro principio va mano en mano con este principio, es el principio Jerusalén. En otras palabras, comienza en el lugar donde estas.

Después de dar la gran comisión, antes de partir de la tierra, Jesús entrega unas palabras importantes a sus discípulos:

??Y ME SERÉIS TESTIGOS EN JERSUALÉN, EN TODA JUDEA, EN SAMARIA, Y HASTA LO ÚLTIMO DE LA TIERRA.?
Hechos 1:8

¿Dónde se encontraban al momento de recibir estas palabrasí En Jerusalén.

En otras palabras, Jesús estaba indicando que debían empezar en el lugar donde estaban, y después ir mas allá.

Lo mismo es verdad para nosotros hoy. La Gran Comisión no es solo para el Africa o Asia, es para el lugar donde estas tu ahora.

Comienza allí. Comienza con tu mundo. Cada uno de nosotros tenemos un circulo de influencia. Tenemos nuestro mundo.

Para algunos ese mundo tiene que ver con el negocio o donde trabaja. Empieza allí.

Para otros, ese mundo tiene que ver vecinos y amistades, y compañeros de estudio, comienza allí.

Y poco a poco Dios empezara a expandir ese circulo para incluir otros mundos, otros lugares.

3. Semilla?

Nuestro propósito es hacer discípulos. Muchas veces nos estancamos en el evangelismo, no más. Sin embargo, evangelismo como tal es solo un comienzo.

Es muy similar a una semilla, y el proceso que encontramos alrededor nuestro. Hay un comienzo, que casi parece ser insignificante. Por un tiempo, ni siquiera parece haber cambio alguno.

Sin embargo, después de un tiempo, empieza a brotar la primera señal de vida. Y esa señal de vida es simplemente un paso mas en el proceso de crecimiento.

Después madura, se fortalece, produce fruto, y crea otras plantas.

En cierta manera, es lo mismo en nuestro caminar espiritual. Nacemos espiritualmente hablando, y tal vez al principio no hay mucha indicación de vida. Sin embargo, hay grandes cambios, que con el pasar del tiempo se empieza a notar.

Se hace fuerte. Establece raíces profundas en la palabra y en la fe, y produce fruto. Pero no solo eso, produce otros arboles que hacen lo mismo.

Es el mismo principio.

Y al corazón de todo discipulado esta el Gran Mandamiento y la Gran Comisión.

Cuando Cristo dio el Gran Mandamiento, estaba entregando lo que debería ser el enfoque de nuestras vidas, que básicamente es amar a Dios con todo lo que somos, y amar a otros con una entrega total.

Si realmente amamos a Cristo, se demostrara en nuestra obediencia a sus mandamientos. Porque el amor es un verbo, es una acción. Requiere algo de nosotros.

Va mas allá de simples palabras o intenciones.

Y parte de la Gran Comisión es enseñar a otros a obedecer los mandamientos de Cristo. En otras palabras, es enseñar a otros a amar a Cristo de tal manera, que están dispuestos a hacer cualquier cosa por él.

4. Presencia–

Al estar involucrados en la Gran Comisión, podemos contar con el poder de Jesús y su autoridad, obtenemos nuestra brújula, y podemos contar con la presencia de Jesús.

Cristo termina la Gran Comisión indicando que siempre ha de estar con nosotros.

Piense en esto por un momento?

Al estar compartiendo el evangelio en el lugar donde estamos, contamos con la presencia misma de Cristo.

Al compartir de su fe con otros, tal vez le ataca pensamientos de temor y duda.

?¿Que tengo que decir??

?¿Cómo lo puedo decir??

?¿Que si se ríen de mi??

¿Pero que si Jesús estuviera físicamente presente contigo mientras estas compartiendo de Él? ¿Seria más fácil?

O ¿qué si en un momento de dificultad encuentras que Cristo esta físicamente contigo? ¿Seria más fácil? ¿Podrías atreverte a masí ¿A ser más radical?

Pero la realidad es que Cristo está con nosotros. Podemos contar con su presencia. Es más, no importa cual es tu situación, puedes contar con la presencia de Jesús para tu vida.

Él promete estar contigo hasta lo ultimo. En otras palabras, ¿cómo podemos fallar?

Contamos con su poder, contamos con lo que tenemos que hacer, la dirección que tenemos que tomar, y contamos con su presencia. ¿Cómo entonces podemos fallar?

Cristo se comprometió a sí mismo en el cumplimiento de la Gran Comisión. Porque si hubiese alguna posibilidad remota de fallar, tendríamos que concluir que el poder de Jesús y su presencia no son suficiente. Como que falta algo.
Pero no es así. Entonces ¿porque no hemos sido exitosos en alcanzar todas las etnias, y todas las naciones con el evangelio? Simplemente porque no hemos hecho nuestra parte.

O vivimos bajo la ilusión que la otra persona es responsable, no yo.

En 1964, Kitty Genovese fue perseguida por un asaltante por las calles de Nueva York. A lo largo de la persecución, ella fue atacada tres veces, y finalmente perdió su vida.

Todo esto tomó lugar por unos 30 minutos, bajo los ojos de 38 testigos.

Lo que llama mucho la atención es que ninguno de esos 38 testigos llamaron a la policía hasta después del incidente.

Esto causó una gran preocupación: ¿por qué no llamaron a la policía? ¿Cómo puede haber 38 testigos, y todos ellos se quedan sin hacer algo?

Al ser interrogados por la razón de no llamar, ninguno podía ofrecer una razón. Ni ellos sabían porque no habían hecho algo.

Dos sicólogos se interesaron en este caso, y decidieron hacer unas pruebas.

Básicamente, ellos tenían un grupo de voluntarios que iban a fingir estar en peligro, y querían ver si alguien venía al rescate o no.
El primer experimento consistía en tener a un voluntario fingir un ataque epiléptico. Cuando había una persona que estaba al lado, venía al rescate el 85% de las veces.

Pero cuando esa persona pensaba que había otros cuatro que también estaban escuchando este ataque epiléptico, solo venían al rescate el 31% de las veces.

En otro incidente, tenían humo saliendo debajo de una puerta, como si hubiera un incendio. Y cuando una persona estaba a solas, llamaba a los bomberos 75% de las veces y trataban de ayudar.

Pero si la persona pensaba que habían otros cerca, solo llamaba a los bomberos el 38% de las veces.

Lo que empezó a surgir era que cuando personas estaban en un grupo, la responsabilidad de hacer algo disminuía. Asumen que otro hará el llamado, asumen que otro tomará acción.

Pero cuando una persona estaba a solas, tomaba más responsabilidad. Esas personas tenían que llamar o hacer algo.

Estos sicólogos llegaron a la conclusión de que estas 38 personas no llamaron a la policía simplemente porque todos pensaban que el otro lo iba a hacer o ya lo había hecho.

Al hablar de misiones, o la hablar de compartir el evangelio, a veces adoptamos esa misma actitud.

Todos pensamos que el otro lo está haciendo, así que no tengo que hacer nada yo. O pensamos que otras organizaciones u otros misioneros u otras agencias están haciendo algo, así que yo no tengo que hacer nada.

Pero la Gran Comisión no era para algunas personas, es para todos nosotros. Y debemos adoptar la actitud de que si nosotros no hacemos nada, no se va a cumplir. Debemos tomar la actitud de que la Gran Comisión depende de nosotros trabajando juntamente con Cristo.

No es una actitud de jactarse o de vanagloria, es simplemente tomar responsabilidad de lo que Jesús nos entregó, y ser consecuentes.

El mundo depende de nosotros. Y ahora la decisión es tuya. Tienes todos los recursos necesarios, tienes a Cristo a tu lado, tienes su poder, tienes su Palabra, ¿ahora que harásí


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