Idolos en la vida del creyente

Idolos en la vida del creyente

¿Se ha dado cuenta de que en cierto momento de nuestra historia reciente, la palabra “ídolo” fue completamente separada de la palabra “idolatría”? En los círculos de la iglesia nos espantamos ante la mención de la idolatría. Sabemos que la idolatría es pecado, porque nuestra adoración debe dirigirse solamente a Dios. Pero, ¿pensamos lo mismo en cuanto a los “ídolos”?

La cultura moderna disfruta sus propios ídolos. Tenemos estrellas musicales, reinas de belleza, y héroes deportivos, todos disputándose nuestro interés. Y a cambio de lo mucho que se esfuerzan, les damos: nuestro corazón y atención.

Nos sentamos durante horas frente al televisor, compramos modas para igualarnos con las celebridades, y leemos, vemos o escuchamos lo que sea, donde ellas aparezcan. La década de los cincuenta dio a nuestra sociedad un término que desde entonces ha caracterizado nuestra mentalidad: “ídolo juvenil”. ¿Por qué razón nunca parecemos ver la palabra “ídolo” en ese término?

Recordemos lo que es un ídolo. Un ídolo es cualquier cosa que apreciemos mucho más que a Dios. Eso pudiera ser una estrella del cine, las cosas más valiosas que tenemos, o incluso nuestros seres queridos.

La naturaleza de la idolatría es la distracción. Cuando algo aparta nuestros ojos de Dios, comenzamos a dar vueltas sin control. Traiga sus distracciones a Dios hoy, y pídale que le perdone y le dé sabiduría para disfrutar Sus bendiciones, sin ser cegado por ellas.

Leer Éxodo 20:1-6

Nota

Afirmo:  NO soy el autor de este mensaje…

 

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