[devocional-martes] 21 de Febrero de 2006 – Un inesperado cambio.

El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. 
Lucas 19:10.

Un inesperado cambio

       «¡Creer en Diosí ni pensarlo! No necesito una religión. Sólo la gente débil busca ayuda en ella». Así pensaba yo cuando era joven. A los 17 años de edad conocí un socialista. Su ideología me entusiasmó, porque yo reconocía que había bastante miseria en este mundo.

       Ocasionalmente me preocupaba el siguiente pensamiento: ¿Qué hay después de la muerte? Procuraba convencerme de que nuestra vida termina con la muerte. Basándome en las estadísticas, calculé cuántos años podría vivir y reflexioné en la forma de pasar este tiempo de la manera más interesante y razonable. El contacto que tuve con un creyente terminó cuando me burlé de él; sin embargo, él me había llamado la atención sobre el hecho de que Dios vive y podría encontrarme. Más tarde conocí a otro creyente, un buen colega mío; éste no replicaba lo que decía, pero oraba por mí.

       Problemas de salud de mi esposa y míos, además de dos accidentes de tránsito, me llevaron a hacerme más preguntas. Le tenía miedo a la muerte. Entonces ocurrió lo que nunca habría sido posible en otros tiempos: acepté una invitación a algunas conferencias cristianas. El mensaje tocó mi corazón y mi conciencia. Fue como si Dios me hablara personalmente. Me embargó una fuerte sensación de estar perdido. La noche siguiente mi esposa me acompañó. Ambos nos sentimos aludidos. Anhelábamos buscar ayuda en el Señor Jesucristo, de quien habló el predicador.

       Esto fue el inicio de una vida completamente nueva. Dios perdonó nuestros pecados, nuestra voluntaria incredulidad, y hallamos la paz. 

  • El devocional diario, es editado por: "La Buena Semilla" 1166 Perroy (Suiza) © Copyright: Todos los derechos reservados.
  • El texto enviado hoy es el del día correspondiente del año pasado.
  • El texto del día de hoy puede leerse en nuestra página: https://www.devocionalescristianos.org 

    Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. – Tercera carta de Juan versículo 2.

  • Prediquemos por Internet – ¿Hemos bendecido tu vida con el Devocional Diario? Si tu respuesta es afirmativa entonces suscribe a otros (pidiendo primero su acuerdo) para que lo reciban al igual que tu haz clic aquí
  • El equipo de Devocionales, Inc. se encarga de enviar este mensaje diariamente por correo electronico a 28.526 suscriptores.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí