La Traidora Atalía En La Biblia

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Atalía La Traidora En La Bibia ¿Qué dice la Biblia sobre Atalía?

Atalía La Traidora

Cuando Atalía oyó la gritería del pueblo que corría y aclamaba al rey, fue al templo del Señor, donde estaba la gente, Allí vio al rey de pie, junto a la columna de la entrada, y a los capitanes y músicos a su lado. Toda la gente tocaba alegre las trompetas, y los cantores, acompañados de instrumentos musicales, dirigían la alabanza. Al ver esto, Atalía se rasgó las vestiduras y gritó: ¡Traición! ¡Traición!. II Crónicas 23:12-13.

Atalía se había convertido en señora y reina de Judá, creía que había acabado con el linaje del Pacto Divino.

Su conspiración comenzó con un mal consejo y acabó derrocando a toda autoridad, ¿acaso no es así como empiezan las divisiones, con un pequeño murmullo provocado por un corazón enfermo que contamina toda una congregación?

¡Por fin ella y solo ella reinaría sola! Así como Jezabel quien dirigía cual titiritero la vida de su esposo Acab, ahora Atalía le había ganado a la propia maléfica Jezabel, ella lideraba sola, ¡sin ningún alfeñique al que manejar!

En mis años pastoreando diferentes congregaciones he visto a algunas hijas de Jezabel, sueñan con tomar la batuta del liderazgo de sus familias, de sus círculos de amistades y ¿por qué no? De la Iglesia.

Todas ellas tienen la misma manera de actuar, empiezan con muy buenas intenciones dicen, pero cuidado, cuando un corazón esta enfermo y no admite ser curado, puede corromper a otros.

En cambio Josaba, la esposa del sacerdote Joyada había escondido a Joas, en el séptimo año, el pastor se armó de valor, la misma valentía que motivó a su esposa para raptar al bebe rey de las manos de la despiadada Atalía. Joyada convocó a los capitanes, levitas y jefes de familias de Israel e hizo una asamblea en el templo:

-Aquí tienen al hijo del rey, Él es quien debe reinar, tal como lo prometió el Señor a los descendientes de David-Joyada desplegó a los hombres temerosos de Dios en cuatro grupos, el primero haría guardia en las puertas del templo, el segundo equipo se ubicaría en la puerta de los cimientos, el tercer equipo se quedaría en los atrios del templo y el último grupo conformado por los sacerdotes y levitas rodearían por completo al rey, la orden era clara:

-No dejen solo al rey, vaya donde vaya!-

Luego sacaron al pequeño Joas, le pusieron la corona, le entregaron una copia del pacto y lo proclamaron rey, Joyada y sus hijos lo ungieron y gritaron ¡Viva el Rey!

¿Se imaginan la cara de Atalía cuando oyó los gritos de júbilo?

Al escuchar los gritos, corrió hacia el templo, se rasgó las vestiduras y grito histérica:

-¡Traición! ¡Traición!-
¿Pero, quién había sido la traicionera?
¿Quién había dado los malos consejos?
¿Quién asesinó a los príncipes del linaje de David?
¿Quién era la desleal, traicionera y malvada mujer?
¿Quién era la rebelde llena del mismo espíritu de Jezabel?
Atalía estaba tan cegada por el mal que llegó a creer que ella era la buena, que sus intenciones eran nobles, que era justa en su gobierno, etc. Etc.

¿Acaso no has sentido la misma impresión cuando no te da la gana de reconocer tus errores, cuando estás cegado por tu egolatría, cuando crees que todos actúan mal y tú eres el bueno?

Imagino que ninguno de nosotros quiere parecerse nada a Atalía, pero es necesario que seamos sinceros delante de Dios y seamos capaces de reconocer nuestras fallas.

Atalía gritó traición y ella era la traidora, ella gritó injusticia y ella misma era la imagen de la iniquidad.

El sacerdote Joyada vio a Atalía haciendo escándalo como una mujer trastornada, su reino se le iba de las manos, se rasgaba las vestiduras, gritaba como loca, amenazaba y rugía, que incapaz era de ver la realidad.

Mientras tanto, los capitanes y músicos rodeaban al pequeño rey, toda la gente danzaba de gozo, los cantores acompañados de instrumentos dirigían la alabanza, la única persona que no encajaba en este hermoso cuadro era una mujer gobernada por el mal.

Joyada llamó a sus capitanes y ordenó:

-¡Sáquenla del templo!

Ella no merecía morir en los atrios del templo del Señor, la apresaron y la llevaron al palacio por el que ella había llegado a entregar su alma al diablo, pero no la llevaron por la puerta principal, sino por la puerta de los caballos, por el lugar de los animales y allí la mataron.

El espíritu de Jezabel fue expulsado del templo santo de Dios, se había sacado la cizaña destructora de la casa de Dios.

Joyada llamó a todo el pueblo y juntos hicieron un pacto, todos serían pueblo del Señor.
-Todo Judá estaba alegre y la ciudad estaba tranquila pues habían matado a Atalía a filo de espada- II Crónicas 23:21.

Mis amados hermanos seamos sabios y aprendamos de toda la Palabra de Dios, si estos ejemplos están escritos son para advertencia y guía para no caer en esta misma condenación.

Dios te siga añadiendo más sabiduría para que tus pies no resbalen.

Martha de Bardales

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