¿Tiene alguna relación el pasaje bíblico en Juan 21:6-11 con Lucas 5:4-6?

¿Hay Un Nexo En El pasaje bíblico en Juan 21:6-11 con Lucas 5:4-6?

ESTUDIO BIBLICO

En el pasaje en Juan se habla de echar la red a la derecha, habla de que sacaron 153 peces y habla de que la red no se rompió. En cambio en Lucas simplemente habla de bogar mar adentro, no habla de cantidad de peces y habla de que la red se rompía.

¿Cuál es el significado de la acción de echar la red a la derecha?

Un examen de los dos pasajes bíblicos mostrará que lo único que tienen en común es que el personaje central en ambos eventos es el mismo, el Señor Jesús, algunos de los que acompañaron al Señor Jesús participaron en ambos eventos, ambos eventos ocurrieron en el Mar de Galilea y tienen que ver con pescadores, barcas, redes y peces. Pero por otro lado, se trata de dos eventos totalmente diferentes.

Permítame decir al primero de ellos. Se encuentra en Juan 21:1-14. La Biblia dice: Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera:

Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron:

Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada. Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús.

Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar. Y los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos. Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan. Jesús les dijo:

Traed de los peces que acabáis de pescar. Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió. Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién eres? sabiendo que era el Señor.

Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado. Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos.

No es mi ánimo hacer un comentario de este hermoso pasaje bíblico, sino solamente examinar los elementos que deberíamos tomar en cuenta para saber que se trata de un evento diferente al que se relata en Lucas. En primer lugar, en este evento, el Señor Jesús ya ha muerto y ya ha resucitado. El texto lo dice expresamente. En segundo lugar, los que participaron, además del Señor Jesús, fueron siete discípulos:

Simón, Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael, de Caná de Galilea, Juan y Jacobo, los hijos de Zebedeo y otros dos de los discípulos que no son identificados.

En tercer lugar, luego de que los discípulos no pescaron nada hasta el amanecer, el Señor Jesús les ordenó que echen la red a la derecha de la barca.

Al hacerlo, ya no podían sacar la red por la gran cantidad de peces. Cuando los contaron eran 153. A pesar de la gran cantidad de peces, la red no se rompió.

El arrojar la red a la derecha de la barca, no tiene ningún otro significado, sino aquel que la obediencia a la palabra del Señor Jesús siempre resultará en beneficio y bendición para el que obedece. Mírelo así:

Siendo algunos de los discípulos del Señor Jesús, pescadores de profesión, es de asumirse que en su faena de pesca durante toda la noche debieron haber intentado todas las maneras posibles de pescar, deben haber arrojado la red no sólo a la derecha, sino a la izquierda, hacia delante y hacia atrás, pero nada que hicieran permitió que los peces sean atrapados en la red. Sin embargo, cuando el Señor Jesús les ordenó que lancen la red a la derecha de la barca, los discípulos obedecieron y eso resultó en una pesca abundante.

Los discípulos pudieron haber dicho: Pero esto de lanzar la red a la derecha de la barca ya lo hemos hecho cantidad de veces durante la noche y no hemos sacado nada,

¿Cómo así que debemos intentar una vez más? Pero no dudaron sino que obedecieron la palabra del Señor Jesús. Esto resultó en gran bendición.

Así debería ser también con nosotros hoy en día. Si el Señor Jesús ordena algo en su palabra, debemos obedecer sin dudar y siempre hallaremos bendición, no necesariamente material, porque podría ser emocional y ciertamente espiritual.

Ahora demos una mirada al pasaje bíblico en Lucas 5:1-11. La Biblia dice:

Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.

Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.

Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.

Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.

Este evento ocurrió en los inicios del ministerio público del Señor Jesús, antes que muera y resucite. Los discípulos que participaron en este evento, son Simón Pedro, Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo.

En este caso, luego de una noche de arduo trabajo en la cual no pescaron nada, Pedro, Jacobo y Juan estaban en la playa del Mar de Galilea, limpiando las redes. En eso apareció el Señor Jesús enseñando.

Como el gentío se agolpaba sobre él para oír el mensaje, el Señor Jesús entró en la barca de Simón Pedro y pidió que la aleje de tierra un poco, y sentándose en la barca enseñaba a la multitud.

Cuando terminó de enseñar, ya debe haber sido muy avanzado el día, pero a pesar de eso, el Señor Jesús ordenó a Simón Pedro y sus compañeros pescadores que boguen mar adentro y echen sus redes para pescar.

Pedro hizo conocer su opinión sobre esta orden, porque toda la noche habían trabajado y no habían pescado nada y además era muy de día, los pescadores en el mar no pescan durante el día normalmente. A pesar de lo que Pedro pensaba, obedeció la orden del Señor Jesús, y el resultado fue maravilloso.

Encerraron en sus redes tal cantidad de peces, que las redes se rompían. Tuvieron que pedir ayuda a otros pescadores para poder sacar todo lo que la red atrapó. No se sabe cuántos peces sacaron.

Esto hizo que Pedro reconozca que el Señor Jesús es Dios y que se decida a seguirlo, al igual que Jacobo y Juan, los hijos de Zebedeo.

Resulta obvio entonces que este es un evento que tiene algunos elementos comunes con el anterior, pero es totalmente diferente.

La enseñanza espiritual, con relación a lo bueno de obedecer la palabra del Señor Jesús, es la misma en ambos eventos.

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