[devocional-lunes] 27 de Marzo de 2006 – El d?a en que todo se abri?

Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese,
y resucitase de los muertos al tercer día;
y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y
el perdón de pecados en todas las naciones. 

Lucas 24:46-47.

El día en que todo se abrió

       El capítulo 23 del evangelio según Lucas termina en un triste crepúsculo. Jesús había sido puesto en la tumba, ya no había esperanza para sus discípulos. Pero en el capítulo 24, la mañana de la resurrección, todo se abrió sobre un porvenir de gloria y de gozo, consecuencia de una tumba vacía. El sepulcro se abrió, el ángel removió la piedra (v. 3). ¡Jesús estaba vivo, había resucitado!

       El corazón de los dos discípulos que volvían a Emaús estaba abrumado por la tristeza. Pero alguien se acercó y empezó a caminar con ellos, alguien que hacía arder sus corazones mientras les abría las Escrituras (v. 27). Por medio de los libros de Moisés y de los profetas del Antiguo Testamento, el Maestro mismo les explicó todo lo que él debía cumplir. Cuando estuvo a la mesa con ellos y bendijo el pan, sus ojos se abrieron y lo reconocieron (v. 31).

       Un poco más tarde los temerosos apóstoles, teniendo las puertas cerradas, repentinamente vieron al Señor en medio de ellos (v. 36). De ahí en adelante, ¿no dejarían las puertas abiertas para ser los valientes testigos de la resurrección?

       Entonces Jesús les abrió el entendimiento (v. 45) para que comprendieran lo que les quería decir. El Evangelio se abrió: el perdón de los pecados pronto sería anunciado a todas las naciones (v. 47). ¿No se abriría su boca para dar testimonio de estas cosas (v. 48) y alabar continuamente a Diosí (v. 53). 

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