La Unidad del Cuerpo de Cristo

La unidad del cuerpo de Cristo

Si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.
Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.  1 Corintios 12:26-27.

 

Todas las cosas tienen algo que se ve y algo que no. Tomemos el caso de los cristianos. Lo que se ve son las grandes religiones o denominaciones cristianas. Las diversas estadísticas nos informan acerca del número de los bautizados o practicantes de cada una.

Lo que no se ve es la verdadera fe, la convicción interior y el vínculo que resulta de ello entre el creyente y su Señor. Este vínculo invisible es de índole espiritual. La Escritura nos enseña que también existen vínculos espirituales entre los verdaderos creyentes. Tan pronto como una persona cree, recibe el Espíritu Santo; viene a estar unida en primer lugar con el Señor Jesús, pero también con los demás creyentes de todo el mundo. Juntos forman la verdadera Iglesia, el cuerpo universal de Cristo.

Si la Iglesia desde el punto de vista humano parece que está dividida y dispersada, sin embargo conserva una armoniosa unidad espiritual. Esta unidad se muestra primero por el amor mutuo, que supera la amistad natural entre personas que tienen el mismo parecer. Luego están los gozos y las penas compartidas entre creyentes. Si uno sufre por su fe, los demás también sufren. Más triste aún es cuando un creyente cede ante la presión del mundo, entonces los demás se entristecen y están debilitados. Nuestra fe, ¿discernió la realidad y la hermosura de la unidad del Cuerpo de Cristo, cuya cabeza es él? Así es como Dios ve a su Iglesia.

El devocional diario, es editado por: «La Buena Semilla» 1166 Perroy (Suiza) © Copyright: Todos los derechos reservados.

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