La fe y el Código Da Vinci


Análisis de la novela que confunde por medio de leyendas y supersticiones
La fe y el Código Da Vinci
El cristianismo se basa en una realidad histórica y no en mera ficción.

"Nada en el cristianismo es original. El dios precristiano Mitras, llamado el Hijo de Dios y la Luz del Mundo, nació el 25 de diciembre, murió y fue enterrado en una tumba de piedra, y luego resucitó a los tres días." Esta declaración, hecha por Sir Leigh Teabing en El Código Da Vinci, acusa a la iglesia del Nuevo Testamento de "tomar prestadas" sus enseñanzas de historias acerca de otro dios que se describe en las tradiciones paganas. La clara consecuencia, por supuesto, es que el cristianismo se basa en la mitología, mitología robada.

Nosotros podemos decir con confianza que el cristianismo no tomó prestadas sus enseñanzas acerca de Jesús de las leyendas de Mitras, que eran populares en la antigua Roma. Por una parte, el Antiguo Testamento predijo la vida, la muerte y la resurrección de Jesús cientos de años antes de que surgieran las supersticiones de Mitras. En el libro de Isaías, escrito aproximadamente siete siglos antes de Cristo, encontramos profecías acerca del nacimiento virginal de Jesús (7:14); los golpes que recibió (52:14) y su crucifixión (53:1-11). En los Salmos tenemos una visión preliminar acerca de su resurrección (16:10). A esto podríamos añadir decenas de otras predicciones que se cumplieron en la vida y la muerte de Jesús.
Es notable que el Antiguo y Nuevo Testamento encajen como una mano y un guante. Como alguien dijo alguna vez:
– El Nuevo es el Antiguo oculto, y el Antiguo es el Nuevo revelado.

Numerosas supersticiones en conflicto están asociadas con Mitras. Esto se debe en gran parte al hecho de que los seguidores del mitraísmo no llevaron documentos escritos, eligieron en cambio transmitir su religión a través de rituales secretos. Lo que sabemos del movimiento viene de personas externas que se oponían a estas leyendas. Existe una creencia generalizada de que Mitras era un Dios de los antiguos persas, así como de los arrianos de la India que lo convirtieron en uno de sus doce elevados dioses. En la religión zoroastra, era un ángel, un dios de luz celestial. En Roma, a Mitras se lo relacionaba con las religiones del misterio, y los militares lo honraban como un dios de la guerra.
Debido a estas diversas opiniones, el culto de Mitras evolucionó continuamente, se adaptó a las necesidades de un grupo o cultura en particular. Es comprensible que esta religión puede interpretarse de varias maneras, y que sus enseñanzas son difíciles de encontrar. Lo que parecería más probable es que los mitos específicos acerca del nacimiento milagroso y de su conversión en un "Dios salvador", tomaron como modelo las historias de Jesús, y se desarrollaron luego de que el cristianismo llegara a Roma en el siglo I.

Ya hemos demostrado que la fe cristiana se arraiga profundamente en hechos históricos y no en la mitología. La primera iglesia se opuso firmemente al paganismo, y fue mucho más allá, para asegurarse de que la iglesia no adoptara sus mitos y prácticas.
La decepción de Da Vinci Tal vez la mejor manera que tengamos para demostrar que el cristianismo es radicalmente diferente de otras religiones y supersticiones, sea contrastarlo con el antiguo agnosticismo que se está reviviendo y presentando como "otra manera de ser cristiano". Por eso algunos lectores de El Código Da Vinci prefieren sus enseñanzas al cristianismo.
Si bien muchas personas piensan que todas las religiones del mundo son esencialmente lo mismo y superficialmente diferentes, lo opuesto es la verdad. El cristianismo es fundamentalmente diferente y solo superficialmente lo mismo que otras religiones y filosofías. Es en realidad un original.

Tomado del libro: La decepción de Da Vinci Por Erwin W. Lutzer Editorial Portavoz




Carlos Vargas

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