No recibo respuestas de Dios

¿Por qué No recibo respuestas de Dios?

¿Por qué será que aunque he seguido su consejo de hacer oración a Dios todos los días, parece que no recibo respuesta a mis peticiones, y Dios no me escucha?

Respuesta:

Es cierto que yo recomiendo la oración diaria, porque ésta es una conversación entre un individuo y su Padre Celestial.

Sucede que a menudo pedimos cosas que no corresponden, ya que las deseamos para satisfacer nuestro yo egoísta y no necesariamente para glorificar a Dios.

Ante todo quiero aclarar quién es un verdadero «hijo de Dios». La Biblia dice en San Juan capítulo 1:

«Pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les concedió el poder de convertirse en hijos de Dios».

Así que todo aquel que tiene a Cristo en su corazón, se convierte en un hijo de Dios. El verdadero hijo de Dios anhela hacer Su voluntad, y la voluntad de Dios se encuentra en la Biblia. El que no tiene a Cristo morando en su corazón no tiene derecho de esperar respuestas a sus oraciones, ya que no tiene una conexión firme con el Padre celestial.

En segundo lugar, el pecado obstaculiza la oración. La Biblia nos dice en 1 Juan 1:

«Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad».

Es posible que usted no esté recibiendo respuesta a sus oraciones porque hay algo oculto en su vida personal. De ser así, debe confesarlo a Dios y arreglar la situación. Analice su conciencia y corazón y pregúntese en la quietud de su alma si hay algo que ha dicho o hecho, o quizá maquinado en su mente, algo que debiera arreglar y limpiar ante Dios.

En tercer lugar, hay que caminar con Dios para que El conteste nuestras oraciones. 1 Juan capítulo 5 declara:

«Esta es la confianza que tenemos en Dios; que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho».

Y en San Juan capítulo 9 leemos:

«Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios y hace su voluntad, a ese oye».

No toda petición que le hacemos a Dios recibe respuesta, porque el conocimiento de la voluntad de Dios se va adquiriendo gradualmente.

Días o meses más tarde al analizar una petición que le hicimos a Dios, muchas veces nos damos cuenta de que lo que pedíamos era una insensatez y le damos gracias a Él que no concedió lo que habíamos pedido.

Cuando pidamos algo a Dios, hagámoslo con la convicción y resolución de que nos someteremos a su sabia voluntad.

Si Dios no nos responde en un tiempo prudente, entonces sabremos que lo que pedimos no era la voluntad divina. Pero puede estar seguro de que Dios le mostrará por qué no le contestó.

Por otra parte, si lo que pedimos está de acuerdo con la voluntad de Dios, y por lógica es para nuestro bien, Dios estará dispuesto a concedernos dicha petición en el tiempo apropiado.

Dios siempre le hará saber en su corazón si la respuesta es positiva o negativa. Pero no cese de orar. Aprenda a hacerlo teniendo siempre en cuenta que se haga la voluntad de Dios.

Luis Palau

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí