Conocer a Dios y creerle

Conocer a Dios y creerle

  por Beth Moore
Me encanta la versión de Isaías 64:4 según Pablo en 1ª. Corintios 2:9. Allí escribió: «Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman». ¿Notaste el comentario que Pablo le añadió a la descripción de Isaías respecto a lo que Dios ha preparado para nosotrosí
Dios desea hacer en tu vida lo que tu mente aún no ha logrado concebir. Pero de la misma manera que los hijos de Israel estuvieron cautivos bajo el yugo de los babilonios, las esferas de esclavitud pueden impedir que vivamos en la realidad de Isaías 64:4 y 1ª. Corintios 2:9.
Emplea un momento en volver a leer la definición de cautiverio que te di previamente: Un creyente permanece cautivo debido a cualquier cosa que impida la vida abundante y eficaz llena del Espíritu que Dios planeó para él.
Una de las maneras más efectivas para detectar una esfera de cautiverio es medir si estamos o no disfrutando de los beneficios que Dios desea para sus hijos. En las siguientes páginas quiero presentarte cinco beneficios importantes de tu relación con Dios. Trataremos de familiarizarnos íntimamente con cada uno de ellos. Entonces, procuraremos usar dichos beneficios como herramientas de diagnóstico para determinar qué desea hacer Dios en nuestra vida para dejarnos experimentar la verdadera libertad en Cristo.
Permíteme hacerte una pregunta: ¿Estás experimentando los beneficios de tu relación de pacto con Dios por medio de Cristo, o los beneficios que lees en las Escrituras parecen ser sentimientos cálidos y borrososí
Igual que los israelitas estuvieron cautivos, un yugo extranjero podría estar impidiendo que disfrutes personalmente los cinco beneficios que Dios ha otorgado para que sus hijos los disfruten. La ausencia de cualquiera de estos beneficios es un provechoso indicio de cautiverio. De acuerdo al libro de Isaías, compasivamente Dios extendió estos cinco beneficios a cada uno de sus hijos.
1. Conocer a Dios y creerle.
2. Glorificar a Dios.
3. Hallar satisfacción en Dios.
4. Experimentar la paz de Dios.
5. Disfrutar la presencia de Dios.

Estos cinco beneficios y sus referencias bíblicas servirán como un mapa de carretera que te llevará de regreso a casa en cualquier momento que te tomen cautivo. Vamos a comenzar con una consideración general del primer beneficio y luego examinaremos los otros cuatro beneficios.
Lee las maravillosas palabras de Isaías 43:10: «Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy».¿Notaste por qué fuimos «escogidos»? Dios nos escogió específicamente para que conozcamos y creamos en Él, y entendamos quién es Él.
En Isaías 43:10, la palabra hebrea para «conozcáis» es yadha. El antiguo término abarcaba un nivel personal de familiaridad, y a menudo se usaba para representar la relación íntima entre el esposo y su esposa. Uno de tus propósitos principales en este mundo es conocer a Dios íntimamente y con reverente familiaridad. Esa relación íntima comienza, pero nunca fue la intención que concluyera con lo que llamamos la «experiencia de salvación».
Así que, la primera pregunta que debes hacerte es si aceptaste a Cristo como tu Salvador personal. Si no lo has hecho, no puedo pensar en un mejor momento como el presente para hacerlo porque Cristo es la única entrada al camino de libertad.

Uno de los elementos más hermosos de la salvación es su sencillez. Cristo ya completó su obra en la cruz. Tu respuesta incluye cuatro elementos:
1. Reconocer que eres pecador y que no puedes salvarte a ti mismo.
2. Reconocer que Jesucristo es el Hijo de Dios y que solo Él puede salvarte.
3. Creer que su crucifixión se llevó a cabo por tus pecados personales y que su muerte fue en tu nombre.
4. Entrégale tu vida y pídele que sea tu Señor y Salvador.


Si ya conoces a Cristo, ¿tienes una relación distante o íntima y personal con él, o en un punto medio? Si disfrutas de una relación personal con Dios, este estudio representará una oportunidad para profundizar dicha relación. Sinceramente deseo que cuando leas la última página de este estudio, puedas decir: «Y yo que pensaba que lo conocía y lo amaba cuando comencé». Si no tienes una relación íntima y personal con Dios, ¡no te desesperes! Tendremos innumerables y valiosas oportunidades para sincronizarnos con el corazón de Dios. Isaías 43:10 dice que Dios no solo desea que le conozcamos, ¡también desea que le creamos! La palabra hebrea para «creáis» en este verso es aman, y significa «estar firme, perdurable, confiar».

Un corazón quebrantado que nunca sanó, nos incapacita terriblemente cuando nos retan a confiar. Confiar en un Dios invisible no es algo que ocurre con naturalidad en ningún creyente.Una relación de confianza se produce solamente cuando nos atrevemos a dar pasos de fe y tomar la decisión de creer. La habilidad de creer a Dios se desarrolla sobre todo a través de la experiencia pura. «Ayer supe que es fiel. Y hoy no será infiel».
A medida que estudiamos juntos, quiero pedirte que consideres cómo caracterizarías tu nivel de confianza actual. Examinaremos qué tipo de experiencias han tenido un impacto en tu presente nivel de confianza.
Me gustaría animarte a copiar en una tarjeta la definición de cautiverio con la que estamos trabajando, y que la memorices: ?Un creyente permanece cautivo debido a cualquier cosa que impida con la vida abundante y eficaz llena del Espíritu que Dios planeó para él?.

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