[CE-Peru] Señor, ¿por qué me desprecias?

Señor, mi Dios y Salvador, día y noche te pido ayuda, acepta mi oración, atiende a mi plegaria. Tanto es el mal que ha caído sobre mí, que me encuentro al borde de la muerte [ Salmo 88,1 – 3] .

 

En la época en que se escribió la historia de Job, se entendía que los sufrimientos humanos eran un castigo de Dios por el pecado. ¿Cómo entonces podía entender el justo Job sus terribles padecimientosí ¿Podía llegar a la conclusión de que había cometido un pecado del que no estaba consciente? ¿O que Dios, por ser la autoridad suprema, podía ser arbitrario y cruel? ¿Podía concluir que Dios no lo amaba? Sin duda Job pensaba en todas estas cosas cuando discutía con sus amigos, pero pese al terrible sufrimiento lo soportaba todo con valentía, rechazando la tentación simplista de negar la bondad, el amor o la justicia de Dios [ Job 9,1 – 4] .

 

Al conversar con sus amigos, Job defendía sus razones como si se tratara de un juicio en el cual Dios era a la vez acusado y juez [ Job 9,14 -16] . Job quiere interrogar a Dios, pero sabe que no puede exigirle respuestas al Señor; desea defenderse de las acusaciones de pecado, pero sabe que todos son pecadores, y llega incluso a defender a Dios cuando sus amigos lo tachan de injusto. Lo absurdo del intento de poner su vida en términos de un juicio como éste termina cuando Job renuncia a seguir buscando la justicia.

 

Nosotros, como Job, quizá nunca sepamos por qué la vida está llena de dolores y dificultades. Es cierto que nuestras faltas siempre son causa de sufrimiento para alguien, porque si robáramos, iríamos a la cárcel; si cometiéramos adulterio, causaríamos gran dolor a nuestra familia. Pero si reflexionamos en las situaciones en las que nos ha parecido que sufrimos sin razón, podemos entender mejor el dilema de Job. Quizá tengamos un hijo con una enfermedad incurable, o un amigo que ha sido víctima inocente de un crimen alevoso.

 

Si nos encontramos en alguno de estos dilemas, podemos estar seguros de que Dios es bueno y que su amor es muy superior a nuestros sufrimientos. Pero no tenemos que contentarnos con las respuestas superficiales, porque podemos buscarlas en las Escrituras, en la oración constante. De esta forma clamamos a Dios, como Job, y descubrimos prácticamente que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes le aman [ Romanos 8,28] . Dejemos que su Vida sea vida nuestra; sólo entonces nosotros mismos seremos un signo del amor de Dios en medio del mundo y su historia.

Dios nos ha creado a nosotros con gran amor; no nos alejemos de Él, sino que procuremos vivir no sólo en su presencia, sino dejando que Él haga su morada en nosotros; escuchando su Palabra, meditándola en nuestro corazón y convirtiéndonos en testigos suyos mediante nuestras buenas obras así como con nuestra persona misma, convertida en un Evangelio del amor del Padre para todos. Sólo entonces, el día del Juicio, podremos mantenernos en pié en su presencia.

 

¡¡¡Padre Dios, Tú sabes cuánto me cuesta confiar en Ti, y esperar en tu amor y tu cuidado en tiempos de prueba. Te ruego Señor, que fortalezcas mi fe para saber confiar en Ti y tener siempre la seguridad de tu amor en todas las situaciones!!!

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Que el Padre Dios te bendiga y te proteja, te mire con agrado y te muestre su bondad. Que el Padre Dios te mire con amor y te conceda la paz.                                                                                                                                                                                                                                                              

Protejamos nuestra Biodiversidad y el Medio Ambiente [Génesis 2,15 ]

Juan Alberto Llaguno Betancourt

Lima – Perú – SurAmérica

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