[Devocional_Diario] Caballos, cigueñas, golondrinas,tórtolas, grullas y otros en un sólo verso

Devocional Cristiano – Caballos, cigueñas, golondrinas,tórtolas, grullas y otros en un sólo verso

«He escuchado con suma atención, para ver si alguien habla con rectitud, Pero nadie se arrepiente de su maldad; nadie reconoce el mal que ha hecho. Todos siguen su loca carrera, Como caballos desbocados en combate. Aún la cigüeña en el cielo conoce sus estaciones; la tórtola, la golondrina y la grulla saben cuando deben emigrar. Pero mi pueblo no conoce las leyes del Señor». Jeremías 8:6-7

Los caballos tienen una visión panorámica. Esto significa que ellos pueden ver a todos los lados menos, la parte de atrás. Para evitar asustarlos, se debe acercarse a ellos por los lados o por el frente, tratando de ganar su confianza, mientras ellos puedan ver, se sentirán seguros, pero si escuchan o sienten algo desconocido en sus espaldas, empezarán a patear por atrás, aunque su enemigo esté delante de sus ojos, sus patas se levantarán con furia y el miedo los hará patear al aire o a cualquier cosa que se le estacione en la retaguardia. Los caballos en batalla sufren al igual que los humanos el vértigo del temor y la incertidumbre y en muchas ocasiones respondiendo a su naturaleza instintiva al verse rodeado por todos lados de frentes enemigos se desboca totalmente y corre, salta y patea agitado por el temor sin saber cómo escapar. No fue el profeta Jeremías quien nos comparó con caballos desbocados, sino que «Así dijo el Señor…» Apenas aparecen dificultades alrededor nuestro tratamos de mirar todo lo que está al frente nuestro para buscar culpables y enemigos, si no los encontramos y el castigo continúa entonces, empezamos a patear al aire, quizá está en la retaguardia, quizá está escondido y quiere debilitarnos, empezamos la carrera y creemos que le ganaremos a ese adverso invisible, buscamos egoístamente superarlo todo con más trabajo y afán, pero el miedo no se va, la inseguridad continúa debilitándonos, somos caballos desbocados pateando por todos lados, corriendo y avanzando, dando giros inútiles para caer en el mismo sitio, que necios somos, ya no sólo somos como caballos, parecemos mulas desenfrenadas, tercas bestias sin razón.

«Cuando los hombres caen, ¿acaso no se levantan? Cuando uno se desvía, ¿acaso no vuelve al camino? Jer. 8:4

¿Por qué no puedes volver al camino correcto? ¿Por qué sigues buscando enemigos y pateando sin razón? ¿Por qué no te levantas y vuelves a la senda del bien? ¿Por qué? en vez de patear al aire, no buscas en tu corazón si hay maldad. «Se aferran al engaño, y no quieren volver a mí, nadie se arrepiente de su maldad, nadie reconoce el mal que ha hecho».

También las aves que menciona la Palabra de Dios siguen su instinto, pero ellas nos dan ejemplo de una mejor orientación, ven que viene el peligro, es momento de emigrar, no le dan la contra a sus circunstancias, el instinto de protección lo salva del desastre. Caballos pateadores o aves inmigrantes, hombres tercos o pueblo que se arrepiente y obedece a Dios, tú decides a qué grupo pertenecer.

«Señor tú eres mi esperanza, todo el que te abandona quedará avergonzado. El que se aparta de ti quedará como algo escrito en el polvo, porque abandonó al Señor, al manantial de aguas vivas».

Con amor Martha Vílchez de Bardales

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