ANTES DE CASARSE

CUATRO COSAS PARA PENSAR ANTES DE CASARSE

Lógicamente son más de cuatro las cosas que se deben pensar antes de casarse, pero queremos meditar sobre cuatro que consideramos oportunas para toda pareja que se encuentra en una etapa de decisiones serias.

Si comparamos a la pareja que se prepara para el matrimonio con un hacendado que adquiere un campo y se dispone a trabajarlo, podemos aprovechar sabios consejos de la Palabra de Dios. El libro de
Jeremías 4:3 dice: «Porque así dice Jehová a todo varón de Judá y de Jerusalén: Arad campo para vosotros y no sembréis entre espinos». El matrimonio será un terreno nuevo, desconocido para aquellos que quieren sembrarlo con buena semilla y sin espinas de por medio. Indudablemente, éstos cosecharán felicidad y armonía.
Pero, ¡ay de aquellos que lanzan sus semillas al viento y ni
siquiera saben dónde dará su fruto! Estos cosecharán desaliento e infortunio. Por lo tanto es necesario, antes de lanzarse a la tarea de unirse para siempre:

En primer lugar, conocer el terreno: Se debe saber perfectamente qué terreno se está pisando, si hay espinas o no, si necesita ser arado o ya está listo para la siembra, si cruza un río por el medio, o si es montañoso, si se puede caminar descalzo, o si se necesitan botas de cuero. No se puede programar nada si no se tiene un conocimiento profundo de la situación.

Numerosos fracasos existen por sorpresas después de la unión definitiva, y casi siempre son los mismos argumentos: «Yo no estaba preparado para esto». «Es una responsabilidad muy grande». «En realidad me defraudó». Hemos conocido casos de personas que fueron novios durante muchos años, se casaron y a los pocos meses se separaron.

Antes de internarse en una selva desconocida para explorarla se deben verificar las herramientas de trabajo, las armas, y todo el equipo que será necesario para el éxito. El noviazgo es la etapa en la cual se deben probar al máximo los elementos que participarán de la aventura conyugal. Nada puede ser dejado al azar. Todo debe ser verificado convenientemente, teniendo en cuenta y bien definidos los parámetros éticos, morales y espirituales. Lamentablemente en esta etapa muchos se cuidan y no son auténticos, tratando de asegurar una relación que tarde o temprano se mostrará tal cual es.

El logro del objetivo deseado dependerá en gran porcentaje del conocimiento que se tenga del terreno en el cual la pareja trabajará. Alentamos a conocer básicamente para evitar sorpresas:
Pautas de comportamiento bíblico para el matrimonio, orden bíblico tanto para el hombre como así también para la mujer, orden bíblico para los hijos, cuáles serán las tareas hogareñas. Cuál será el grado de participación por parte de padres o suegros. El lugar donde vivirán: ¿Permitirá la intimidad? Posibles eventuales, que nunca faltan, y grade de compromiso con el Señor.

En segundo lugar, arar el terreno: Ya conocemos el terreno, ahora nos disponemos a ararlo. La pareja, en la etapa de noviazgo, es la que arará el terreno y lo dejará listo para sembrar. Si tenemos en mente esta comparación nos daremos cuenta que para arar un campo se necesitan herramientas.

En tiempos bíblicos los animales encargados de arar debían ser de la misma especie. Deuteronomio 22:10 dice: «No ararás con buey y con asno juntamente». Desobedecer esta ley significaba tres cosas: que se trataba de un pagano, pobre y falto de sabiduría. Si observamos detenidamente las características de estos dos animales nos daremos cuenta que ambos eran totalmente distintos, con diferencias bien marcadas: uno era considerado animal puro y el otro, impuro. El buey era también usado para sacrificio; el asno, no. Aunque a ambos se los utilizaba en los trabajos agrícolas el asno era considerado de menor empuje y rendimiento. Si se ponían a la par dos bueyes ¡esto sí es ser sabio! Esto nos habla de saber quiénes son los que van a realizar el trabajo. Si los que tienen la responsabilidad de empujar van a responder en forma pareja o tendrán características tan distintas que será imposible llegar a un acuerdo. En el caso de un buey con un asno es bien notable la diferencia. Pero ¿qué pasa cuando el «buey» se disfraza de «oveja» y después de casado se descubren los cuernosí

No es en vano ningún esfuerzo que se haga para evaluar la capacidad de tiro que tenga aquel que nos acompañará POR EL RESTO DE LA VIDA.
¿Resistirá la sacudida? ¿Responderá con las exigenciasí ¿Tendrá el mismo empuje? Ubicarnos al lado de alguien que no sólo no podrá seguirnos en el trabajo sino que también será un estorbo, es LA
TRAGEDIA MÁS GRANDE DE LA VIDA. No sólo buscaremos identificarnos mediante afinidad espiritual, interés de por medio o atracción sexual. Se deberá tomar en cuenta fundamentalmente

EL LLAMADO DE DIOS. Cuando Dios elige a un hombre para servirle también elige a su compañera y viceversa. Aquí podríamos contar numerosos testimonios, pero no lo haremos, solamente concluiremos diciendo que
si estás dispuesto a arar el campo preparando el terreno para casarte,
CERCIÓRATE EN TODO QUE TU PAREJA SEA LA IDÓNEA.

En tercer lugar, sembrar el terreno: Podemos considerar esta etapa como la mejor. Donde ya se conoce, el terreno está totalmente arado y listo para sembrar. Deuteronomio 22:9 nos da otro sabio consejo: «No sembrarás tu viña con semillas diversas, no sea que se pierda todo, tanto la semilla que sembraste como el fruto de la viña». Era penado por la ley el sembrar en un mismo campo semillas diversas. El respeto y la fidelidad a este mandato permitía un campo fértil, donde el desarrollo de la siembra era coherente y armonioso con las ordenanzas vigentes.

Esto nos habla de respeto: había algo establecido que debía respetarse hasta las últimas consecuencias y también nos habla de fidelidad. Un lineamiento de conducta había sido pactado al tomar la decisión de unirse en pareja para siempre. EL RESPETO Y LA FIDELIDAD SON INGREDIENTES BÁSICOS DONDE SE APOYA LA FIRME ESTRUCTURA DE UN HOGAR CRISTIANO. Pero también nos habla de hipocresía, falta de sinceridad o doble personalidad dentro del matrimonio. Las «semillas diversas» son las ambigüedades, las actitudes que confunden, los dobles sentimientos, las mentiras ocultas o la falta de confianza. Tratemos de sembrar una sola clase de semilla: la del amor y tendremos la garantía de cosechar abundante felicidad.

En cuarto lugar, ¿Con quién casarme?: A continuación transcribo once afirmaciones que fueron publicadas en «El hogar Cristiano», año 1957.

1. Cásate sólo con una persona sin la cual no puedas ser feliz. Nunca te cases por casarte.

2. Cásate con un verdadero cristiano, con una persona de la misma fe. Las diferencias religiosas crecen con el tiempo. Cásate con una persona con la cual puedas juntamente orar y alabar a Dios.

3. Cásate con una persona más o menos de la misma edad.

4. Cásate con una persona que respete tu carácter y fe: nunca con una que te tiente a pecar.

5. Cásate con una persona que ha llevado una vida decente: nunca con un borracho, jugador o adúltero.

6. Cásate con una persona que ama la vida doméstica y que ama a los niños.

7. No te cases con una persona avara, dominadora, o egoísta; esas faltas se hacen peor con el tiempo.

8. Cásate con una persona que haga sacrificios por el bienestar de la familia, sacrificios económicos, sociales e intelectuales.

9. Cásate con una persona que practique la Regla de Oro: que ama a otros como a sí mismo.

10. Cásate con una persona más o menos de la misma condición social, de la misma educación: con una persona cuyas costumbres te agradan.

11. Cásate con una persona que trate bien a los pobres y a los ignorantes, a todos los que necesitan su ayuda.

¡Cásate en el nombre de Cristo! ¡Invítalo a tu hogar! ¡Entonces tendrás una vida feliz!

«Esposas, sométanse a sus esposos, como conviene en el Señor. Esposos, amen a sus esposas y no sean duros con ellas» Colosenses 3:18-19.
«En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo» Efesios 5:33.
«No formen yunta con los incrédulos. ¿Qué tienen en común la justicia y la maldad? ¿O qué comunión puede tener la luz con la oscuridad? ¿Qué armonía tiene Cristo con el diablo? ¿Qué tiene en común un creyente con un incrédulo? ¿En qué concuerdan el templo de Dios y los ídolosí Porque nosotros somos templo del Dios viviente. Como él ha dicho: -Viviré con ellos y caminaré entre ellos. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo-» 2 Corintios 6:14-16.


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1 COMENTARIO

  1. ola joo Dios me hablo con ese versiculo de la siembra la verdad un devocional poderoso gracias a quien lo alla escrito Dios me explico el versiculo que me dio hace unas semans que no conseguia saber que significaba arar la tierra y no sembrar sobre espinos graciasssssss

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