[mujercristiana] Mujeres en conflicto

Mujeres en crisis

«Ruego a Evodia y también a Sintique que se pongan de acuerdo en el Señor. Y aí, mi fiel compañero, te pido que ayudes a estas mujeres que han luchado a mi lado en la obra del evangelio» Filipenses 4:2

Nosotras todas las damas de la Iglesia Cristiana en todas partes del mundo y en todos los tiempos tenemos varias cosas en común: Nuestra entrega al servicio cristiano, la pasión por las almas perdidas, el amor reflejado en las miles de mujeres que asisten con disciplina a su culto de intercesión y oración fervientes.

Pero así como hay virtudes semejantes también hay defectos resaltantes ¿Quieres un ejemplo de este secreto de estado? Les puedo dar los nombres de las causantesí Evodia y Sintique ¿Y el pecado? Pues la terquedad.

No llegaban a ponerse de acuerdo casi nunca y aunque ambas eran tremendas siervas en la Iglesia de Filipos, sus dilemas y contradicciones (por no decir riñas de mujeres tercas) llegaron a oídos del propio apóstol Pablo, que, encarcelado en Efeso, en la prisión de Mamentine, escribió preocupado seguramente no tanto por sus cadenas, sino por los líos de dos señoras que no querían dar su brazo a torcer.

«No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar por no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás. La actitud debe ser como la de Cristo Jesús». Filipenses 2:3-5.

El desacuerdo entre estos dos ilustres damas fue suficientemente serio como para que se mencione en una carta que se leería en público, pero Pablo parecía confiar en que «estas mujeres» (Vers. 3) se reconciliarían.

Me encanta la manera como pablo arregló este asunto. ¡No hubo mejor manera de arreglarlo! Con las mujeres hay que tener tacto dicen algunos y por eso buscan la manera de arreglar «pleitos de tías» entre «gallos y medianoches» es decir intentando hacer el menor escándalo posible, pero ¿Quién dijo que esta es la manera bíblica?

Pablo no da las pautas para arreglar los pleitos serios entre mujeres «virtuosas» pero con debilidades como cualquiera.
Pablo no tomó partido, ni la una era mejor ni la otra era peor, sencillamente las dos estaban en desacuerdo y la terquedad de ambas fue mal testimonio para la Iglesia.

Pablo alentó a los que estaban cerca de ellas. Los ancianos de la Iglesia estaban perturbados por los conflictos que este pleito ocasionaba a todos, Pablo comprende el sentir de los pastores y los anima.

Pablo pidió a sus compañeros que las ayuden a reconciliarse, ellas formaban parte de este grupo selecto de compañeros de Pablo, otros que formaban parte de este círculo serían los elegidos para interceder en este pleito.

Después de llamarles la atención delante de toda la congregación en esta carta leída al pleno de la asamblea, las llamó sus colaboradoras, compañeras, asociadas en la lucha por predicar el evangelio, ellas no eran sus subordinadas en la Obra del Señor sino sus asociadas en la milicia.

Y por último les amonestó a que se alegren, que sean amables, que dejen de inquietarse, que tengan paz.

Sólo cuando las cosas se arreglan en el Señor hay verdadera paz, no hay paz cuando sólo te hacen caso a ti y te defienden, no hay paz cuando crees que se te hizo justicia y a la otra le dieron un buen castigo, y menos habrá paz si buscas que otros te apoyen en tu busca de la verdad, nunca tendrás paz si escondes tu indiferencia con una máscara de tolerancia e hipocresía.

«Por tanto, si sienten algún estímulo en su unión con Cristo, algún consuelo en su amor, algún compañerismo en el Espíritu, algún afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento»..Filipenses 2:1-2

Cuando dos damas de mi Iglesia se pueden poner de acuerdo en algo, Dios se encarga de llenarnos de satisfacción, nos llena de su amistad, nos sentimos ensambladas en ánimo y pensamiento y es entonces que suceden milagros a nuestro alrededor.
Pero cuando el espíritu de rebeldía está empezando a quitarme la gratitud, ya no quiero ser leal a mi hermana, pienso mal de todo lo que hace y termino apartada, enferma del virus de la desunión.

Dios nos ha llamado a estar unidas, Dios nos ha llamado a ser útiles en su obra, no dejes que te llamen Evodia o Sintique por ser terca, que te llamen así, pero sólo para referirse a tu servicio y entrega al Señor y a tus hermanas en la fe.

Con amor Martha Bardales.

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