Tengo morada en el cielo


DISCIPLINAS LIBERTADORAS

Tengo morada en el cielo


Sr. Palau:

¿Es cierto que existe el cielo? Mi abuela materna ya es muy anciana y enferma y puede morir pronto. ¿Cómo sabemos si ella irá al cielo o no?

Respuesta:

Hace un tiempo estuve en la ciudad de Sevilla, España, dando una serie de conferencias bíblicas. Una señora asistente me dio una preciosa y sencilla poesía escrita por su madre, titulada «El sillón vacío», y quisiera transcribirla para usted, joven, pues me parece apropiada para su pregunta.
La poesía dice así:

EL SILLÓN VACÍO

Hija de mi corazón
Nietecitos mi alegría
Cuando en los pasados días
Estaban junto al sillón
Y yo con grandes dolores
Los meses iba pasando
Y a nuestro Jesús orando
Pues siempre fue mi consuelo
Tener morada en el cielo.

Si fijáis vuestras miradas
En aquel sillón vacío
Recordar prendas amadas
Mis horas de desvarío
No lloréis a mi partida
Que mi alma dolorida
El Señor la redimió
Y a su lado gozo yo
De la ciudad celestial
Que fiel es quien prometió.

Hermana mía querida
Sigue fiel hasta la muerte
Serás de Dios bendecida
Y Jesús te otorgará
La corona de la vida.

Solo os ruego seres míos
Que al ver vacío el sillón
Recordéis a vuestra madre
Que os amó de corazón.
María Palomo Abesa del Campillo
Como usted notará, esta respetable anciana tenía gran certeza de que iría al cielo. Jesús nos hizo la siguiente promesa, según lo dice San Juan en el capítulo 14:

«No se preocupen ni sufran, si confían en Dios, confíen también en mí. Allá donde vive mi Padre hay muchas moradas y voy a prepararlas para cuando vayan. Cuando todo esté listo, volveré y los llevaré a ustedes, para que estén siempre donde yo esté. Si no fuera así, se los diría claramente. Y ustedes saben a dónde voy y cómo se llega allá».

Tomás alegó que ellos no sabían adónde iba Jesús, pero Él respondió:

«Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie podrá ir al Padre si no fuera a través de mí».

Cristo es el puente entre el mundo y el cielo. Cuando Él mora en nuestro corazón, estamos compartiendo el único camino, la única verdad y la vida que Dios ofrece a todos los hombres. Cuando seguimos a Cristo y sus enseñanzas, podemos estar seguros que un día estaremos con Él en el cielo.

Explíquele esto a su abuelita, seguramente ella también querrá estar en el cielo.

Cuando el cristiano muere pasa a estar con Cristo, lo cual es mucho mejor.

Luis Palau

 

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