Cuando el negocio bajaba, soltaba un globo, al flotar en el aire, se reunía una nueva multitud de compradores y su negocio se fortalecía por unos minutos.
Alternaba los colores, primero uno blanco, luego uno rojo y después uno amarillo. Al cabo de un tiempo, un pequeño niño negro le jaló la manga del saco, miró al vendedor a los ojos y le preguntó:
"Señor, si suelta un globo negro, ¿subiría?
El vendedor de globos miró al pequeño y con compasión, sabiduría y comprensión le dijo:
"Hijo, lo que los hace subir es lo que está adentro de ellos"
Ciertamente el niño tuvo la fortuna de encontrar a una persona que veía no solo con sus ojos. La persona que puede ver con el corazón, también puede alcanzar a tocar el espíritu dentro de otro ser humano y revelar lo bueno que hay en su interior.
El vendedor de globos tenía razón:
LO QUE ESTÁ DENTRO DE TI, ES LO QUE TE HARÁ SUBIR.
"Dame, hijo mío, tu corazón y miren tus ojos por mis caminos" PROVERBIOS 23:26.
"Y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí» Gálatas 2:20.
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