Devocional Cristiano – La Fe de Rahab


La fe de Rahab
 
«Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías».
 
La lista de héroes de la fe se destaca porque cada uno de los que la conforman fueron hombres que supieron tener fe en el mayor momento de prueba, pero ahora aparece el nombre de una mujer en esta lista de héroes y viene acompañada de un calificativo un tanto despectivo: «La prostituta Rahab».   Si algo quisieron destacar en ella lo lograron cuando empezaron llamándola de esta forma, es que ella estuvo en el mismísimo sótano del escalafón moral en esa cultura gentil degenerada y monstruosamente pagana.
Si le preguntan a cualquier creyente honorable que se respete si cree que esta ex prostituta merece codearse con esta lista de memorables  hombres de fe, seguramente dirá que no es digna de tal distinción, gracias a Dios que el autor de Hebreos la vio con ojos espirituales, más allá de la ética y el fariseísmo religioso.
Veamos un poco sobre la historia de nuestra  heroína de la fe:
Rahab vivió en la época de Josué, su casa no estaba ubicada en algún callejón maloliente de la ciudad, no,  sino que justamente tenía un penthouse envidiable en la mismísima muralla famosa de Jericó,   seguramente su situación económica era deseable para cualquier vecina del pueblo, lamentablemente su éxito financiero era fruto del comercio de meretricio que ella practicaba.
Jericó era parte del reino amorreo, una ciudad violenta, corrompida e idólatra, tanto así que Dios mismo los condenó y ordenó a los Israelitas que los borrarán de la faz de la tierra   Deuteronomio 20:17, la perversidad de los amorreos había llegado a tal bajeza que llegaron al máximo nivel de la tolerancia de Dios, (Deuteronomio 18:12; I Reyes 21:26, Génesis 15:16).
Rahab por lo tanto personificaba la cima de la degradación de la cultura amorrea, a un punto en que colectivamente habían llenado la medida de la vileza humana, hasta sus mismos bordes.  Toda su vida había estado consagrada a la búsqueda profana del deleite lascivo, su subsistencia dependía por completo del mal.
Estaba oprimida y subyugada por la más diabólica forma de pasión y sus pecados la mantenían aprisionada de una sociedad bestial, marcada por la censura de Dios y el juicio eterno.   Pero la gracia divina la salvó y la redimió de todo eso, arrancándola como una rama a punto de consumirse en el  fuego infernal.
La gracia de Dios es ilimitada y se extiende al cualquier pecador, entonces él otorga DIGNIDAD eterna.
 
«Como pueden ver, a una persona se le declara justa por las obras, y no sólo por la fe.  De igual manera, ¿No fue declarada justa por las obras aun la prostituta Rahab, cuando hospedó a los espías y les ayudó a huir por otro camino?   Pues como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta»  Santiago 2:24-26.
 
Mi amada Rahab me da dos lecciones de fe, ella supo temer el Nombre de Dios, se aferró a lo que escuchó de ese Señor de Israel que tuvo el poder de redención y proféticamente se cogió fuertemente de ese rescate, al creer en el Libertador, ella y su familia fueron salvos, dejaron todo atrás y comenzaron una nueva vida.
Ella tuvo fe y actuó y por eso bien merecido está su nombre en la lista de héroes de la fe.
 
El Señor nos ha redimido a ti y a mi de un pasado vergonzoso, nos ha quitado los calificativos que nos condenaban, a sembrado en nuestros corazones la semilla de la fe, es tiempo de crecer en esta fe y pongas manos a la obra, usa el cordón rojo, ponlo en tu ventana, en tu puerta, en tu vida, pon señales que eres un hijo, una hija de Dios y actúa en el Nombre de él, la fe sin obras está muerta.
Martha Bardales

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