Reflexiones Cristianas – Amar al projimo como a nosotros mismos

LEÍ ESTA CARTA EN UNA REVISTA LLAMADA "AMIGOS DE SAN JOSE", ME PARECIO
MUY INTERESANTE Y POR ESE MOTIVO QUIERO COMPARTIRLA; GUARDALA Y LEELA
CADA CIERTO TIEMPO PARA REFRESCAR TU ACTITUD CON OTRAS PERSONAS.
_______________________________________________________________________

Queridos hermanos

Cuando se predica el "Amar al prójimo como a nosotros mismos"  son
muchos los que te quedan mirando y te preguntan: ¿ y qué es eso ?

Un amigo mío, Amado Sáez de Ibarra, publicó hace años un folleto en el
que ofrecía una serie de pequeños gestos, de esos que seguramente no
cambian el mundo, pero que lo hacen más vividero y estiran el corazón
de quien los ejecuta.

Siguiendo su ejemplo ofrezco aquí una lista de 24 pequeñas maneras de
amar al prójimo :

– Aprenderse los nombres de la gente que trabaja con nosotros o de los
que nos cruzamos en el ascensor y tratarles luego por su nombre.

– Estudiar los gustos ajenos y tratar de complacerles.

– Pensar, por principio, bien de todo el mundo.

– Tener la manía de hacer el bien, sobre todo a los que no se la
merecerían teóricamente.

– Sonreír. Sonreír a todas horas. Con ganas o sin ellas.

– Multiplicar el saludo, incluso a los semiconocidos.

–  Visitar a los enfermos, sobre todo sin son crónicos.

– Prestar libros aunque te pierdan alguno. Devolverlos tú.

– Hacer favores. Y concederlos antes de que terminen de pedírtelos.

– Olvidar ofensas. Y sonreír especialmente a los ofensores.

– Aguantar a los pesados. No poner cara de vinagre escuchándolos.

– Tratar con antipáticos. Conversar con los sordos sin ponerte
nervioso.

– Contestar, si te es posible, a todas las cartas.

– Entretener a los niños chiquitines. No pensar que con ellos pierdes
el tiempo.

– Animar a los viejos. No engañarles como chiquillos, pero subrayar
todo lo positivo que encuentres en ellos.

– Recordar las fechas de los santos y cumpleaños de los conocidos y
amigos.

– Hacer regalos muy pequeños, que demuestren el cariño pero no crean
obligación de ser compensados con otro regalo.

– Acudir puntualmente a las citas, aunque tengas que esperar tú.

– Contarle a la gente cosas buenas que alguien ha dicho de ellos.

– Dar buenas noticias.

– No contradecir por sistema a todos los que hablan con nosotros.

– Exponer nuestras razones en las discusiones, pero sin tratar de
aplastar.

– Mandar con tono suave. No gritar nunca.

– Corregir de modo que se note que te duele el hacerlo.

La lista podría ser interminable y los ejemplos similares infinitos. Y
ya sé que son minucias. Pero con muchos millones de pequeñas minucias
como éstas el mundo se haría más habitable.

                                         JOSE LUIS MARTIN DESCALZO

Las Personas Enamoradas de DIOS, No Envejecen Nunca.

__

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí