Devocional Diario – Recibir!

¡RECIBIR!

 

En el Día del Amigo* se presentan diversas alternativas. Reservar una mesa especial en nuestro restaurante favorito, preparar tarjetas de felicitación, reenviar mensajes de correo electrónico con anécdotas emotivas, o comprar algún que otro obsequio para nuestros amigos. Pero a mí siempre me gusta ir un poco más allá y aprovechar la ocasión para pensar…

Pensar en las promesas que hacemos, pero que muchas veces no cumplimos. Reflexionar sobre la calidad del tiempo que asignamos para compartir con nuestros seres queridos. Reinterpretar los conceptos y las definiciones que utilizamos para expresar nuestros sentimientos. En fin, meditar acerca del milagro de la amistad.

Milagro. ¿Por qué tanta gente muestra señales de temor cuando se pronuncia esta palabra? Amistad. ¿Cuántos de nosotros conocemos lo que involucran estas siete letrasí Letras que al fin y al cabo encierran un significado: la profunda necesidad humana de amar… ¡y ser amados!

 

Cierta persona que conozco está siempre dispuesta a dar a los demás. Corre de aquí para allá con tal de ayudar a sus seres queridos. ¡Y en ocasiones realiza enormes sacrificios económicos con tal de socorrer al amigo en su necesidad! Pero… ¿me permite contarle un secreto? A la hora de disfrutar del cariño y del agradecimiento de aquellos que se benefician con sus actos de generosidad, se aísla y evita recibir cualquier tipo de retribución.

 

¿Bajo perfil? ¿Timidez? ¿Humildad? Al pasar el tiempo me di cuenta que esta persona comprendió muy bien la lección de dar y darse a sus semejantes… ¡pero nunca aprendió a recibir!

 

¡Recibir! ¿Por qué se vapulea tanto este verbo? Algunos hablan de esta acción como de algo negativo, como si fuese patrimonio del egoísmo y de la mera satisfacción individual. ¡Nada más lejos!

 

El gran rey Salomón escribió: «con un buen perfume se alegra el corazón; con la dulzura de la amistad se vuelve a la vida. Para afilar el hierro, la lima; para ser mejor persona, el amigo». Proverbios 27.9,17 (TLA)

 

¡Se trata de dar y de recibir! ¡Sembrar y cosechar! ¡Depositar y extraer! ¡Invertir y ganar!

 

Aprendamos a perdonar, ¡y a ser perdonados! Alentemos a los demás, ¡y permitamos que otros nos animen! Extendamos nuestra ayuda a quien nos necesite, ¡y tomémonos de la mano amiga cuando precisemos socorro!

 

Pero por sobre todo, brindémonos desinteresadamente a los demás, ¡y recibamos con un corazón agradecido los incalculables beneficios de la amistad!

 

¡Buen Fin de Semana! ¡Feliz Día del Amigo!*

 

 

CRISTIAN FRANCO

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