Devocional Cristiano – ¿como tener un corazón como el Dios?

Un Corazón como el de Dios

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1 Crónicas 13:1 entonces David consulto con los capitanes de millares y de centenas, y con todos los jefes.  2 Y dijo David a toda la asamblea de Israel: Si os parece bien y es la voluntad de Jehová nuestro Dios, enviaremos a todas partes por nuestros hermanos que han quedado en todas las tierras de Israel, y por los sacerdotes y Levitas que están con ellos en sus ciudades y ejidos, para que se reúnan con nosotros; 3 Y traigamos el arca de nuestro Dios junto a nosotros, porque desde el tiempo de Saúl no hemos hecho caso de ella.  4 Y dijo toda la asamblea que hiciera así, por que el asunto parecía bien a todo el pueblo.

David, era un ungido del Señor, él lo había escogido de entre sus hermanos siendo este incluso el menor, menospreciado por su familia encomendado a realizar labores que para su grupo familiar, eran las de menor importancia, pero realizando estas labores, fue cuando aprendió a ser un hombre lleno de confianza en su Dios, con sus manos cerro las fauces de muchos leones, siendo solo un muchacho, su corazón en medio de la majada y la frondosa lana de sus ovejas, aprendió que no hay fuerzas que lo pudiere vencer si su confianza esta puesta en Jehová de los ejércitos.

Saúl, era rey de Israel, hombre de buen parecer, ungido, confirmado en su trono, admirado en cierto grado por todo su pueblo, pero un hombre que jamás pudo establecer realmente la posición de su corazón, un hombre que no supo determinar en su vida la dirección de Dios, siendo erróneas muchas de sus decisiones, al grado que su casta desapareció y su corona paso a manos del rey más famoso de Israel hasta la actualidad.

Si hacemos un paralelo entre la vida de estos dos reyes podemos determinar que ambos tenían la misma unción, que ambos tenían el mismo reino, ambos pertenecían al mismo pueblo, pero su gran diferencia eran sus corazones.  Saúl en toda su grandeza, jamás alcanzo a ser un estable emocional, su corazón de carne, lleno de vanidad lo apartaba de la sabiduría de Dios, lo hacia desobedecer la voluntad del Señor, sus decisiones guiadas por su inestabilidad y sus emociones ególatras lo llevaron al fracaso, aun teniendo el apoyo del pueblo en batalla, aun teniendo una familia e hijos que le dieron su apoyo, aun teniendo la unción de Dios como rey, no fue capaz de determinar con sabiduría las grandes decisiones de su vida, al grado de llevarlo al fracaso total, a la muerte, y peor aún, a la muerte lejos de la misericordia de Dios, es decir, que su alma al fallecer su cuerpo, no fue al Seol a los brazos de Abraham, sino a los infiernos.

Conocemos que David, era solo un muchacho pastor cuando fue escogido por Jehová para ser ungido como rey, era un siervo de su familia, y de cierto modo despreciado por la misma, no era alto, no era fornido, era un mocoso que no tenía opinión en las reuniones familiares, pero dentro de su ser ardía un corazón con fuego espiritual, se incineraba al saber que su Dios era un Dios todopoderoso que ningún otro Dios ni expresión parecida podría igualar, la fuerza, el poder y la misericordia de Jehová.  La pasión de David, lo llevo al éxito, a la victoria, y no precisamente contra los ejércitos Filisteos o de otros pueblos, sino sobre sus emociones, victoria sobre sus frustraciones, victoria sobre sus penas y temores, recordemos que en medio de un bosque, frente a un León, no hay mucho que hacer sino correr, pero era tan grande el llamado de David que incineraba sus entrañas con confianza hacia su Dios que lo hacia enfrentar toda adversidad, todo miedo, y esa fuerza interior de un simple muchacho menospreciado, fue la que lo llevo a ser llamado un Varón conforme al CORAZÓN DE DIOS.

En la Biblia vemos a niños en Dios como Noe, amigos de Dios como Abraham, pero conforme al corazón de Dios, solo un hombre, y no por que los demás no fueran hijos conforme la voluntad, sino por que la unción recaída sobre David era una unción que fue derramada con el propósito que de su extirpe naciera el Mesías y jamás desapareciera la casa de David, debemos recordar que fue Dios Padre quien dijo frente a mucho a Jesús «he aquí mi hijo amado en quien tengo complacencia» La unción de Dios es poderosa, nadie la puede detener, excepto nuestro corazón cerrado bajo el odio, rencor, la decidía espiritual, la flojera, la conformidad, la egolatría, la idolatría, la falta de comunión, la mentira, la mediocridad, el conformismo, la conscupicencia, y sobretodo la desobediencia que indefinitiva envuelve todos estos pecados y faltas.  David, antes de ser coronado, fue humillado, y no solo por Saúl, quien hubiese dado cualquier cosa por arrancarle la cabeza con sus propias manos, sino primeramente por su familia, por su hermanos, por su Padre, como ya mencione, no era David precisamente a quien preguntaran alguna decisión familiar importante, sino todo lo contrario y lo podemos ver, cuando el profeta Samuel pregunto al Padre de David, Eli, si el tenia otro hijo, y el respondió «el menor, pero el esta lejos en el campo, pastoreando unas ovejas, pero nada importante, es un mocoso» mas Jehová quería el corazón del mocoso menospreciado, y el profeta no se sentó a la mesa sino hasta que el muchacho estuviera hay.

Menospreciado tuvo que acceder al perdón por su familia, perseguido durante 10 años aproximadamente, siento el ungido de Dios, tuvo que esperar en su Dios y en la confianza de el que algún día se cumpliría la promesa de que seria coronado, estando incluso en la oportunidad de destruir a su enemigo mientras dormía, el respetó la unción de Dios, el respetó el propósito de Dios, el respetó el proceso de Dios, y quitando la espada del costado del Rey mientras dormía, perdono su vida.

Existen puntos importantísimos en esta historia, puntos que demarcan la vida y la unción de quien siente en su ser tener un ministerio, de quien se traza metas en Cristo.  Las letras de la Biblia representan a Cristo, siendo este el verbo hecho carne, por lo tanto si Cristo vive, lo que leemos de su santa palabra es vida y mejor aún, vida en abundancia, por lo que debemos desprender de la unción y de la vida de David que lo llevo a ser llamado «un hombre conforme al corazón de nuestro Dios»
– El perdón: hacia sus padres liberto de rencores su corazón, y lo hizo un hombre parecido a Cristo, siendo el fundamento de nuestra salvación el perdón de todos y cada uno de nuestros pecados.

– La paciencia: para esperar la promesa de Dios cumplida, entendiendo que una vez ungido no fue coronado al día siguiente, sino en aproximadamente en periodo de 10 años se dio la oportunidad para que fuese reconocido como rey, él espero en Jehová su proceso, el respetó la voluntad de Dios en ello, el obedeció a Jehová en su desierto, en sus miedos fue y se refugio en su corazón encendido de amor por su Dios y dijo: Jehová en ti esperare y en ti confiare, si he podido cerrar fauces de leones con mis débiles manos, cuanto más aras permanecer tu promesa de mi reino, el espero, con dolor se formo su corazón en paciencia y no fue defraudado, por que cimentó su paciencia en la sabiduría de Dios, y más deleitable aún en la presencia del Espíritu de Dios.

– El respeto por la unción de Dios: David como conocemos el relato tuvo en sus manos a Saúl para matarlo, pudo haber terminado de una vez con su persecución, Dios puso frente a su puñal, el cuello de Saúl, Jehová permitió que David tomara la decisión por si mismo, y coronarse a asimismo basado en la unción de Dios, pero no en el tiempo de Dios, mas David, respetuoso de la mano poderosa de su Dios, no tomo con sus manos su suerte, no tomo las decisiones de su futuro aún teniendo la oportunidad otorgada por Dios, pero el prefirió respetar la unción de Dios puesta en Saúl, que no por su desobediencia la perdió, sino por permanecer en una vida llena de desobediencia… Perdón, Paciencia y Respeto, las claves para tener un corazón conforme el al Corazón de Dios.

Dios te bendiga hoy… Juan Salvador

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