Reflexiones Cristianas – Dime con quien andas


DIME  CON  QUIEN  ANDAS
 
 Torquemada,  un rudo vendedor de agua,  soli air por la calle arreando su
burro con tremendoe azotes. La gente,  acostrumbrada a presenciar ese  
triste espectaculo,  no hacia nada por impeder el suplicio y la humillacion
del asno,  sino que se limitaba a decir: » ! Ahi van Torquemqdq y su burro !»
hasta que un dia paso por alli un caballero que se le acerco y le rogo que
tuviera compassion del pobre animal.  El picaro aguador se quito la caperuza
y le dijo al defensor del asno:
 
– ! Yo hare lo que su Ud. Me mande,  pues no pense que mi burro
tuviera parientes en la Corte!  La respuesta burlona de Torquemada le
cayo en gracia al caballero, tanto que le compro el animal y se lo llevo a
su casa.  El asno resulto ser un espectaculo agradable para los que se
divertian a su lado.  Su Nuevo amo lo llevaba consigo dondequira
que iba,   como lo hacia antes Torquemada.  Pero ahora la gente no cali-
ficaba al asno de » burro» , porque no lo asociaba con la mala compania de
Torquemada.  Al contrario, hablaba bien de el porque iba bien acompanado.
Por algo seria que este cuento  titulado Torquemada y su asno el gran
Linguista Covarrubias de Toledo le puso el subtitulo: De los que dondequiera que vayan, llevan en su compania un necio pesado».
La gracia de este cuento es que quien mal acompanado no era Torquemada sino el asno, de modo que cuando el pobre burro cambio de amo, y por tanto de compania, se arregio todo. Ahora la gente podia ver que, en compania de un caballero , el burro era un animal respetable. En el se cumplia el refran que dice: « Dime con qirn andas, y te dire   quien eres. » Ya havia basantes siglos que San Pablo habia consignado una variante de este refan « No se dejen enganar— les escribio a los conrintios — : « Las malas companias corrempen las buenas costumbres » 2 San Pablo sabia que conocer a Dios es andar bien acompanado , al igual que el salmista David, que dijo :  « Yo no convivo con los metirosos, ni me junto con los hipocritas ; aborrezco la compania de los malvados ; no cultivo la amistad de los pervesos. Senor, tu gran amor lo tengo presente, y siempre ando en tu verdad » 3. David sabia por experiencia que no hay mejor compania que la de nuestro caballeroso Dios. El no nos obliga a servirle ; no invita mas bien andar con El, a disfrutar de su compania y cultivar su amistad por toda la eternidad.
                                                               

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