Articulos Cristianos – ¡A nadie le importo! Nadie me Quiere! No sirvo para nada!

¿Qué es la depresión?

La depresión puede iniciarse de un modo imperceptible y llegar poco a poco a un estado más profundo. Lo importante es aprender a reconocerla: es un estado de ánimo permanente en el que hay nerviosismo, estado de humor bajo, con deseos de llorar sin motivo. Puede asociarse a problemas para dormir (insomnio), inapetencia o disminución del apetito, cambios en el peso, falta de ánimo e iniciativa para la acción (abulia), etc.

Causas

– Expectativas irreales de sí misma o de los demás. Querer mucho de la vida, de sí misma o de los demás es un camino seguro hacia la ira y la depresión. Si nos planteamos una meta sin realismo, obviamente no lo alcanzaremos y lo único que lograremos será deprimirnos.

– Imagen distorsionada de sí misma, que está generalmente asociada a expectativas exageradas de la propia capacidad, irreales. Querer ser diferente o considerar que somos peores de la realidad (algo muy frecuente en las mujeres), son los pasos directos a la depresión.

– La auto conmiseración o auto compasión, que crea, renueva y enfatiza sentimientos de disgusto, de desconfianza y de abulia. Compadecernos a nosotras mismas es un mal consejero. Hacerlo requiere estar constantemente centrada en los fracasos, las dificultades, los errores, etc; que hemos vivido y en lugar de alimentar nuestro espíritu con ideas positivas o con ideales a conquistar nos convencemos de que es imposible o somos incapaces.

– La introspección: analizarse continuamente, insistiendo en los aspectos negativos de la vida siempre llevará a disgusto y hastío. Muy relacionado con el anterior.

– Una situación no solucionada de la que nos sabemos culpables. Creará depresión, miedo, ansiedad, desestima de sí, culpa, etc. Somos humanos y, por lo tanto, nos equivocamos, eso es algo que todos hemos experimentado; cuando nuestros errores han causado conflicto o dolor a quienes queremos y no hemos logrado cerrar el caso, permanece en nuestro interior y no nos permite vivir con serenidad. Saber decir lo siento en el momento adecuado, es una gran ayuda para vivir con paz.

– Conversaciones negativas: insistir en lo negativo no ayuda a elevar el estado de ánimo.

Sugerencias prácticas

– Oposición rotunda a lo que provoca la depresión desde el inicio. No dejar entrar en el corazón ni en la psicología esos pensamientos o ideas que nos arrastran. Pueden ser sentimientos de fracaso, entonces hay que considerar todo lo que sí hemos logrado; o una ruptura afectiva y lo que debemos hacer es no darle vueltas; etc. Puede servirnos una experiencia de vida muy repetida. Isabel ha terminado con su novio al darse cuenta que no logrará hacerlo cambiar (Luis era un completo vago, no avanzaba en los estudios de su carrera, no mostraba ninguna intención de buscar algún trabajo, etc.), lo quería muchísimo y le fue muy difícil decidirse a terminar su noviazgo. Ella recuerda que los primeros días su corazón dominaba por completo la mente y la voluntad. Los pensamientos y recuerdos sobre Luis la invadían, pero optó por luchar y se obligó a pensar en otras cosas. No hizo caso a su malestar interior; buscaba distracciones, etc. Isabel descubrió que poco a poco, aunque continúa la lucha, la presión es cada vez menor. No pasa el dolor y la pena, pero lo ha superado por su decisión de no permitir que ideas y recuerdos la anulasen.

– Higiene física (buena alimentación, actividad física) y mental (pensamientos, ideas y conversaciones positivas). Muchas veces las emociones y afectos ingresan por la mente; si impedimos los pensamientos negativos y además encauzamos la energía y nos distraemos haciendo algún deporte, evitaremos muchos problemas. Además mantener la salud ayuda a evitar cansancio y estrés que favorecen los pensamientos negativos.

– Mantener ideales nobles de lucha y esfuerzo. Que éstos nos lleven a superarnos, a mirar hacia arriba y no desalentarnos en las dificultades. Un ideal, un deseo, una cima a conquistar nos llevará a esforzarnos con la vista puesta en ello.

– Estar abierta a la confianza y al futuro. Siempre llegan momentos mejores. Vivir con confianza y esperanza levanta el ánimo. No se trata de ser idealista o vivir con la cabeza en las nubes como se dice vulgarmente, sino de buscar una meta que nos motive y estimule, que sea alta y al mismo tiempo realizable y nos mantenga en tensión (positiva).

– Realismo en las expectativas sobre sí misma y los demás. No esperar peras del olmo. Si no sé cantar o no tengo buena voz, no pensar en alcanzar éxito y fama como cantante. Si las tablas de multiplicar me resultan incomprensibles y misteriosas, no plantearme la posibilidad de estudiar ingeniería. Realismo que no significa estrechez de horizontes, sino calcular muy bien lo que tengo y puedo para plantear mis planes.

– Realismo en el concepto de sí misma: aprender a ver no sólo lo malo sino también lo bueno. Esto es algo importantísimo para la mujer. Tenemos la costumbre de ver el punto negro en la pared blanca respecto de nosotras mismas: somos desorganizadas y ya nos consideramos un desastre, se nos quemó la comida y es el fin del mundo, mi jefe me dice que hay que hacer algunas modificaciones en le informe que le entregué y ya creo que está buscando mi suplente. Realismo: hay cosas buenas y otras no tan buenas en todas las personas, hay que descubrir lo bueno que poseo y potenciarlo. Un ejemplo: Martha Stewart. Esta mujer ocupa el lugar número 9 entre las mujeres más poderosas del mundo según una lista de Fortune de julio de 2001. Lo ha logrado aprovechando su capacidad de dueña de casa, enseñando y aconsejando a otras mujeres cómo tener un hogar que realmente sea feliz.

– Compadecerse de los demás e intentar solucionar las necesidades de los otros. Esto es algo sumamente eficaz porque nos ayuda a olvidarnos de nosotras mismas y a prestar atención a las necesidades de los demás. Estar atentos a lo que otros necesitan centra nuestra atención en ellos y nos permite ver que no estamos tan mal, porque aún podemos ayudar a otros. Es el testimonio de tantos hombres y mujeres que se dedican a la ayuda y el trabajo voluntario. No carecen de dificultades personales pero han aprendido a ponerlas en su justo lugar y el ayudar a otros les da una satisfacción que les posibilita enfrentarlas con optimismo.

– Mirar hacia adelante, buscar construir algo mejor sin permanecer lamentando el pasado. No se puede vivir en el pasado. El dicho popular: Lo pasado, pasado, contiene mucha sabiduría. El pasado ya no se puede cambiar, si hemos visto qué pudimos haber hecho para obtener mejores resultados ahora se trata de quedarse con lo aprendido y no volver sobre lo que no dio acierto.

– Aprender a pedir perdón y a perdonar a los demás y a sí mismas. Eso mantiene nuestra mente serena y capaz de mirar hacia delante.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí