Un Mensaje a la Conciencia – DE SECRETARIA A MILLONARIA


Un Mensaje a la Conciencia


17 oct 07

DE SECRETARIA A MILLONARIA
por el Hermano Pablo

La joven secretaria terminó su día de trabajo. Se frotó los ojos, cansada de escribir todo el día. Cerró su máquina de escribir y ordenó sus papeles. Eran las cinco en punto de la tarde.

Se levantó de su silla, recogió sus pertenencias personales y se dirigió hacia la calle. Era sólo una más de las miles de secretarias comerciales que se ganaban la vida en Caracas, Venezuela.

Pero al día siguiente, Olimpia Peña, secretaria de veintisiete años de edad, que trabajaba para la compañía Volkswagen de Venezuela, era una mujer muy diferente. Ahora era dueña de noventa y tres millones de dólares. ¿Qué milagro se había producido? Uno muy sencillo. Había leído el testamento que dejó su jefe Guido Steinvorth, presidente de la compañía, quien le daba en herencia esa fabulosa suma de dinero.

¡Qué sorpresa más agradable es recibir una buena herencia! Sobre todo cuando esa herencia es del porte de noventa y tres millones de moneda fuerte, totalmente inesperada. En casos así uno cree estar soñando, viviendo una fantasía de telenovela o un cuento de hadas.

¿Qué permitió que Olimpia Peña pasara instantáneamente de ser una secretaria excelente con un buen salario, a ser una de las mujeres más ricas del paísí Sencillamente, un capital suficiente para pagar tal herencia; la defunción de un benefactor, y un testamento legal, debidamente firmado. Más el nombre del heredero, por supuesto, y la firma del testamentario.

Con todos esos elementos en regla, ningún tribunal puede negarle la herencia al heredero. Olimpia era dueña absoluta de todos esos millones. Pagados los impuestos necesarios y la comisión al abogado, todo lo demás sería suyo, perfectamente suyo, hasta el día de su muerte.

Lo mismo sucede con la herencia de la vida eterna, la herencia más grande que podemos recibir. No todos podremos heredar de golpe noventa y tres millones de dólares, pero todos podemos recibir esa otra herencia súper fabulosa. Es una herencia que la Biblia llama «indestructible, incontaminada e inmarchitable», que está reservada en el cielo para nosotros (1 Pedro 1:4).

La garantía de pago de esa herencia es la absoluta suficiencia de Dios, un testamento legal, un testador que murió legalmente y una firma perfectamente autorizada, la de Jesucristo. Basta con que nosotros —cada uno de nosotros— agreguemos nuestro nombre, para que la herencia sea nuestra.

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2 COMENTARIOS

  1. realmente parece un cuento de novelas y dan ganas de llorar ver como ese emporio de extinguio luego de la muerte de steinvorth, aunque no puedo hablar de detalles por mi corta edad en esa epoca si tengo amigos que lo conocieron y era una persona muy solitaria e introvertida, avocada a sus negocios, no dejo hijos pero: donde estaba su hermana, sobrinos, ect en sus ultimos dias de vida? realmente muchos pagaron los platos rotos pero tal vez esto pudo haberse evitado…

  2. Por rasones de privacidad no puedo poner mi nombre pero por mis crehencias cristianas tengo dejar saver dos cosas de lo que paso con my familiar que usted menciona. El fue diagnosticado de cancer del cerebro y estaba en Nueva York en tratamiento cuando el murio, a todos en la familia nos somprendio que de repente el firmo todo a esa persona en el hospital en Nueva York, la cifra en verdad pasa los $500 millones y todo lo que ella recibio lo destruyo sin piedad, jente se quedo sin empleo, muchas vidas fueron arruinadas.

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