Devocionales Fin Semanales – Celular

CELULAR

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Es innegable que la explosión de la telefonía celular móvil en decenas de países es otro hecho que ilustra la célebre definición del sociólogo canadiense Marshall McLuhan, quien describió como «aldea global» las relaciones humanas propiciadas por el desarrollo de las tecnologías de la comunicación.

Días atrás regresaba a mi casa cuando fui testigo de una situación un tanto incómoda.  La semana llegaba a su fin y el transporte público estaba abarrotado de pasajeros ansiosos por dejar atrás la última jornada laboral.  De repente, una mujer comenzó a elevar la voz y altercar con otra persona.  ¡Imagínese!  ¡No había forma de evitar oír lo que decía!  Bueno, al menos lo que ella expresaba, porque su interlocutor (al promediar la discusión inferí que se trataba de un hombre) se encontraba vaya uno a saber dónde, pues la comunicación estaba mediada por un teléfono celular.

«¡Tengo derecho a estar sola!» – gritaba con gran enojo – «¡Sos un inmaduro, no entendés lo que te digo!» Y así otras expresiones que no viene al caso transcribir.  Todos – incluso el conductor de aquel autobús – fuimos testigos involuntarios del fin de una relación amorosa… ¡mediante una llamada por celular!

Sin entrar en mayores detalles ni juicios de valor, este hecho cotidiano (que tuvo como protagonista silencioso a un teléfono móvil) me llevó a reflexionar sobre tres realidades de nuestra época en cuestión de relaciones interpersonales y comunicación:

1).- Hablamos mucho, pero no siempre nos comunicamos.  Comunicar es más que emitir palabras; se trata de un proceso de interacción en el que influye gran cantidad de elementos que es necesario considerar.  El mayor de ellos – en gran parte ignorado – es que «del otro lado»… ¡hay otro ser humano que también tiene emociones, sentimientos y voluntad!

2).- Queremos todo al instante, aún también aquello que lleva tiempo conseguir.  Lo positivo de la inmediatez se torna negativo cuando pretendemos amistades «aquí y ahora», cuando queremos el aprecio al estilo del «llame ya» o «llame ahora» de los comerciales televisivos de venta directa.

3).- Estamos en contacto con todo el mundo, pero la mayoría de las veces nos sentimos solitarios.  Un fenómeno inquietante, es cierto, pero que caracteriza a un inmenso porcentaje las relaciones humanas en las grandes urbes.

Muy interesante la expresión Divina al respecto: «Llámame y te responderé.  Te haré conocer cosas maravillosas y misteriosas que nunca has conocido».  Jeremías 33.3 (TLA)


Es más que un monólogo: se trata de Alguien que no sólo está «del otro lado» sino que también nos responde y desea cultivar tiempo en una relación de alta calidad con nosotros, su creación.

¿Demasiado sencillo para creerlo?  ¡Pues inténtelo y entonces hablemos!


¡Buen Fin de Semana!

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