Devocional Semanal – Realidad

REALIDAD

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Vivimos en una época de incertidumbres encontradas, cinismos renovados, contestatarios de salón y payasos disfrazados de gente seria.  Ya no existe (si alguna vez existió) tal cosa como «cultura occidental»; se trata de un mosaico de culturas y sub-culturas que pujan por hacerse un lugar en la carrera por la supervivencia existencial.

Y allí nos encontramos nosotros.  Algunos añoran los tiempos pasados porque dicen que eran mejores.  Otros auguran un futuro mejor pero con la esperanza infantil de quien aguarda la llegada de Papá Noel (Santa Claus, San Nicolás, o como sea que se llame).  Pero la mayoría – ¡la inmensa mayoría!  – piensa sólo en el hoy.  En cómo ser felices, hoy.  Cómo ser amados, hoy.  Cómo disfrutar la vida… ¡hoy!  Y aunque es cierto que la culpa es la gran ausente de nuestra generación, muchos transitan sus minutos con la intriga silenciosa que los lleva a preguntarse: «¿Acaso esto es todo?» «¿Habrá algo másí» «¿Escogí la senda correcta?» La banda uruguaya de rock «No Te Va Gustar» canta: -«Qué me importa la vida eterna / qué me importa la salvación / qué me importan a mí las monjas y la palabra de Dios…».*

¡Sed de realidad!

Algunos sociólogos señalan que nuestra sociedad actual puede denominarse como «post-cristiana», y si bien esto describe mayormente a la relación entre los europeos y la religión, debemos ser honestos y admitir que también es posible aplicar tal definición a nuestra situación latinoamericana.  Me interesa muchísimo transmitir – de la forma más clara posible, sin clichés ni frases armadas – lo que creemos aquellos y aquellas que consideramos a Dios como algo más que un pasatiempo intelectual o un simple concepto teórico escrito en la pizarra.  Porque hoy en día se torna más fácil el hecho de no creer, que decir: «yo creo» (en escritos anteriores me he referido a varias de las razones para afirmar lo que digo en estas líneas).  Pero si decido creer – como lo he hecho – entonces no gastaré ni una milésima de segundo en la construcción (o la afirmación) de mitos y leyendas en torno a Dios, tonterías que tarde o temprano terminarán por alejarme de Su realidad.  ¡Todo lo contrario!  Con todas mis fuerzas, todo mi intelecto, toda mi alma y todo mi espíritu, me he decidido a encontrarlo y vivir – sí, ¡experimentar!  – Su presencia… aunque sea lo último que haga antes de morir.

En la Biblia leemos: -«Una vez más Jesús se dirigió a la gente, y les dijo: —’Yo soy la luz del mundo.  El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida’.  —’Tú te presentas como tu propio testigo —alegaron los fariseos—, así que tu testimonio no es válido’.  —’Aunque yo sea mi propio testigo —repuso Jesús—, mi testimonio es válido, porque sé de dónde he venido y a dónde voy.  Pero ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy».  Juan 8.12-14 (NVI)

¿Quién es este atrevido llamado «Jesús»?  ¡Descubrámoslo juntos durante estos tres viernes previos a la Navidad!

¡Nos reencontramos en siete días!  ¡Buen Fin de Semana!

CRISTIAN FRANCO


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