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Las Mujeres Con Mentalidad De Cueva

Mujeres con mentalidad de cueva

Pasaje bíblico: Jueces 6

¿Cuántas veces creímos que Dios nos había abandonado?  ¿Cuántas hemos pensado que, a pesar de que sabemos que Dios es bueno, que nos ama, nos cuida y va a responder todo lo que le pedimos, no le creemos y sentimos que está lejos, que no nos escucha y escuchará a otras personas?

Las personas lastimadas por otros, que se desilusionaron de la vida, no quieren creer en nada ni en nadie porque sus heridas no se lo permiten.

Así pasaba con Israel que había hecho lo malo delante de Dios, constantemente sus enemigos les robaban lo sembrado y por eso se escondieron en cuevas.

De la misma manera, muchas mujeres que deberían vivir en victoria, se hacen cuevas para esconderse porque no quieren creerle a nadie.

Dios le habló y le dijo que vencería al enemigo, pero Gedeón no le creyó a pesar de saber quien era Dios y, para comprobarlo, le pidió una serie de señales.

¡Eso es muy loco!  Le pidió señales porque había perdido la capacidad de creer.

Debo activar mi capacidad de creer.

Las mujeres somos seducidas por el diálogo, por las palabras (y no solamente de un hombre), por la propuesta que trae otro (sea hombre o mujer) y caemos en su trampa aceptando la persuasión.

La serpiente dialogó con Eva y la guió hacia lo malo; Eva se sentía sola y fue atrapada por lo que le conversó.

Me imagino a Eva decir luego: «No voy a escuchar a nadie más, por escuchar a la serpiente me quedé sin nada, por no oír a Adán me quedé sola y perdí todo».

Siempre que no oigas las propuestas de Dios, la única que perderá por su incredulidad sos vos.

Jesús no pudo hacer milagros en su tierra porque había incredulidad en el pueblo.

El milagro muchas veces no viene porque cerramos la puerta a creer.
La mujer que no cree vivirá bajo el espíritu de Madián, que es de robo y robará su fe.

Cuando Dios siembre una palabra, una semilla, alguien (de parte del enemigo) vendrá a robar la fe para que no crezca y no obtengas la bendición.

1- Mentalidad de mantenimiento

En una mujer que no cree, Madián opera con mentalidad de mantenimiento, diciendo: «Estoy conforme con lo que tengo», «Lo que logré en la vida ya está bien, ¿para qué quiero más?», «No me digas que haga algo distinto, todo lo logré con mi esfuerzo, con mi trabajo y quiero mantenerlo.»

Son mujeres que viven con mentalidad estancada, disfrutan de la vida, tienen momentos buenos pero esperan que los cambios lleguen desde afuera hacia adentro porque ellas no pueden producirlos desde adentro hacia fuera.

El peor engaño para una mujer es creer que su vida llegó al punto máximo.

Cuando éramos niñas y nos preguntaban qué queríamos ser de grande, decíamos arquitecta, médica, actriz, de todo.  Tal vez lograste lo que querías ser y pensás: «Ya llegué, y ¿para qué más» Todos los días debemos preguntarnos: «Qué quiero ser» para no entrar en la mentalidad de estancamiento.

Dios dice: «Un largo camino te espera, seguí adelante, porque en los próximos años hay más gloria, la que aun no viste.»

Ejercicio: Rápidamente pensá en tres cosas que querés lograr o alcanzar.  Escribilas en una hoja y, por lo menos, durante seis semanas leélas todos los días.

Descubrirás que hay muchas cosas dentro tuyo que aun no soltaste.
Lo que pensamos imprevistamente es lo que estuvimos ocultando durante mucho tiempo, lo por lograr, que aun no se manifestó, y será la verdadera personalidad.

Una mujer que deja de creer en los demás es porque primero dejó de creer en sí misma.

Si dejaste de creer en tu potencial, en tus deseos, en tus sueños, es porque anulaste una capacidad dada a todos los seres humanos y así no podrás creer en nada ni en nadie.

¡No te conformes con lo que lograste, te espera algo grandioso!

2- No hacer las cosas sin sentido

Madián te roba la cosecha; aprovecha tu mentalidad de mantenimiento para robar lo que estás cuidando tanto y querés retener.

Los madianitas robaban la cosecha que los israelitas guardaban por ciclos, ellos volvían a sembrar, a cosechar y otra vez se las robaban.

Quizás te pase lo mismo, dijiste: «Voy a cuidar lo que tengo, no quiero nada más» y el enemigo te lo robó, eso hará que cada día te esfuerces por retener lo que después volverás a perder.  Cosas sin sentido.

(¿No es un trabajo sin sentido tender la cama todos los días si a la noche se vuelve a deshacer?) Muchas de las cosas que hacemos a diario no tienen sentido.

Como el mito de Sísico, un héroe de la mitología griega.  Los dioses lo habían confinado a quedar ciego, y cada día tenía que llevar una piedra por una montaña hasta la cima, luego bajarla y nuevamente hasta la cima y otra vez descender, una tarea absurda.

Las mujeres somos iguales, héroes absurdas que efectuamos muchas tareas sin propósito.

Pablo decía: «No golpeo al aire, no corro como quien no tiene meta». Para todo debemos tener un propósito.

Orientá tus fuerzas, ponele sentido a lo que hacés, para no tener mentalidad de mantenimiento.

¿Pasaste cuarenta años de tu vida sin lograr nada, subiendo la piedra y bajándola luego?

Analizá cada una de las cosas que hacés para ver si tiene sentido o es absurdo.  Reorientá tus fuerzas para que todo lo que hagas tenga un propósito:

«Hoy lavo los platos pero lo hago porque mañana, ya no estaré acá, tendré mi empresa, estaré disfrutando de todo lo que Dios me dará.»

Hacé todo con un propósito para alcanzar los sueños de Dios.

3- El enemigo quiere que envejezcas antes de tiempo.

No hagas las cosas por rutina.  ¿Quién te dijo que, como mujer, tu obligación es esa?

No me imagino a Dios creando a la mujer y decir: «Adán, ahí te di a Eva para que lave los platos, te planche, etc.» ¡No!  Mi Dios no es así.

Dios te hizo para sueños muy grandes.  A veces tendrás que lavar, otras cocinar, planchar, pero siempre con un propósito porque tenés un sueño por cumplir.

Una persona vieja pierde la esperanza, por eso el enemigo quiere envejecerte.

Lamentablemente hay muchas mujeres con mentalidad vieja, dicen:

«Y… ¿qué más de bueno me puede pasar a mí?  Tengo los hijos, los nietos, ¿qué más quiero que cuidarlos?  Tengo mi escritorio, espero a mis clientes.» Si lo deseas, siempre hay más. El no creer en nadie ni en nada, avejenta.

Los viejos se quejan, los jóvenes declaran fe violenta. La fe violenta tiene raíz y de acuerdo a la raíz será la victoria.

La raíz está basada en las promesas de Dios, no en el daño que te hicieron.

Si tu fe tiene una raíz fuerte, lograrás todo lo que confieses en el mundo natural.

Falta de fe avejenta porque nos cerramos a lo nuevo de Dios.

Hacer cosas sin sentido avejenta porque fuimos creados para hacer cosas con propósito.

Dios nos dio la capacidad para que hagamos todo lo pensado y aun más. Jesús pasó por la higuera y al ver que no tenía fruto la maldijo.

Soltó una palabra y, como no tenía raíz profunda, la higuera se secó.

Cuando tenemos una fe violenta y soltamos una palabra, no importarán las heridas ni las circunstancias, esa palabra dará resultados.

No dejes que el enemigo te avejente, no cierres la boca, creé lo que declarás, y declará palabras de fe.

Hay palabras confesadas sobre tu vida, tu cuerpo, tus sueños, tus hijos, tu ministerio, tu pareja, tus padres, que salieron de tu boca con mucha fuerza, con una fe violenta, con una raíz profunda y, por lo tanto, en algún momento, verás su cumplimiento.

Los viejos no se mueven, los jóvenes accionan.

Movimiento es demostrar juventud, que tenés emociones.

Dios dijo que volaríamos como las águilas, por eso debes moverte con expectativas todos los días.

Hay poder en tus palabras y con la declaración de tu boca creas tu mundo: lo que se mueve en el mundo espiritual también en el mundo natural se moverá.

Creá tu día. Sin fe es imposible agradar a Dios .

No pierdas tu fe, seguí creyendo aunque te hayan lastimado.
Siempre que hagas algo el enemigo te mostrará algo similar para engancharte, por eso debes tener bien en claro tus raíces profundas, las palabras recibidas de Dios para no caer en la trampa y que nadie te engañe.

Dios siempre levantará a una mujer para establecer algo nuevo.
Adán ya estaba formado, pero Dios y Adán esperaban la manifestación de Eva.

Dios y el mundo esperan tu manifestación.

¡Salí de la cueva!

No te escondas detrás del dolor ni de la incredulidad; sos una triunfadora y hay más para conquistar.  ¡Seguí hacia adelante!

Las traiciones que viviste harán que tengas un discernimiento especial; no uses el dolor en tu contra sino a tu favor adquiriendo discernimiento.

La persona que fue maltratada conoce el engaño, la traición, la mentira, y está preparada para que jamás le vuelvan a mentir o engañar.

Por Alejandra Stamateas

Devocional Cristiano

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