Un hombre fue robar maíz en el campo de su vecino. Él llevó su hijo pequeño para quedarse en vigia en la entrada del terreno y avisar si alguien estuviese aproximando al local. Antes de empezar a coger el maíz él miró alrededor y a continuación miró nuevamente, hacia el sentido contrario. Vio que no había nadie. Cuando se disponía para llenar la bolsa, su hijo grito:Padre, faltó mirar aún para una dirección." El padre supuso que uno estuviese llegando y preguntó al hijo de que dirección él estaba hablando. El niño contestó: "Usted se olvidó de mirar para cima." El padre, avergonzado y con la conciencia hondamente alcanzada, agarró el hijo por la mano y se apremió en salir del local sin llevar el maíz que planeara robar.
¿Cómo nosotros, cristianos, tenemos habito con relación a Diosí ¿hemos estado preocupados con relación a las personas que nos rodean, para mostrar una santidad que en la realidad no existe o hemos mirado para cima, sientes de que todo Él lo ve? ¿hemos estado recelosos que los hombres perciban lo cuanto somos infieles o hemos sido verdaderos, creyendo en la palabra del Señor que nos enseña que su temor es el principio de la sabiduría?
Cuando aprendemos a mirar para cima, aun cuando el camino sea agujereado, no caeremos, aun cuando tenga piedras pequeñas y grandes, no tropezaremos, aun cuando sea ladeada por abismos, estaremos seguros y protegidos.
Aquéllos que temen al Señor y miran para cima antes de tomar decisiones, no corren el peligro de dar un paso en falso y ver sus propósitos fracasados. Aquél que anda de cabeza baja, confiando en sí mismo, puede, arrepentido, percibir que anduvo mucho y no llegó a lugar alguno.
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