Defendiendo la Fe – Testimonio de un EX Metalero

Primero quiero testificar que antes solía ser un metalero (tribu urbana) extremista, y atacaba a los cristianos con preguntas tentadoras y científicas sobre evolución, etc. Al convertirme, Dios respondió todas mis preguntas y comprendí que es importante defender nuestra fe, por si nos encontramos con alguien que no entienda, o quiera atacar nuestra fe, así como lo hacia yo.

1Pe 3:15 «sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros»

Muchas veces nos ha pasado que un inconverso se nos acerca y nos hace una pregunta, o nos plantea un debate, y no sabemos qué responder, también hay nuevos creyentes con fuertes dudas que no podemos saldar, por eso es necesario tener conocimiento de la Palabra y estar preparado para responder, como decía en el articulo «Una Espada Ornamental»*1, no sacamos nada con tener una Biblia si ni siquiera la leemos, y si no la leemos no podremos defender nuestra fe.

La defensa de la fe es también llamada apologética, la palabra apologética, según el libro de Eliseo Vila «Las Obras de Referencia y Consulta»*2 de Editorial Clie, procede del vocablo griego apología y la utilizaban los helenos, mayormente los filósofos, para identificar la defensa que alguien hiciera de sus acciones, afirmaciones o puntos de vista; en nuestro caso para defender la fe, sépase ahora que hablamos de apologética.

Nos dice la Palabra en 1Pe 3:15 que debemos tener nuestros corazones santificados a Dios, sabemos que santificado es apartado y reservado*3, es decir que nuestros corazones tienen que estar reservados exclusivamente para Dios, alejados de los valores mundanos y regidos por los valores del Reino de Cristo.

Sabemos que la fe es por el oír y el oír por la Palabra de Dios, de ahí el hecho de que tengamos que conocer la Palabra y presentarla de forma entendible para nuestro oyente, aunque siempre debemos tener en cuenta que sólo el Espíritu Santo convence a las personas de que son pecadoras y les lleva a entender el Evangelio (buenas nuevas de salvación por medio de Jesucristo) (Juan 16:8).

Pedro nos dice que debemos dar testimonio de nuestra fe con mansedumbre y reverencia, no se trata de entrar en una discusión con alguien, si hemos de responder una pregunta ya sea por duda o tentación, debemos recordar que tenemos que responder con respeto y mansedumbre. Cuando otras personas nos expresen sus dudas debemos escuchar y responder calmadamente, no se imaginen que al defender la fe tenemos que tener una postura agresiva.

Hay dos tipos de apologética según el libro de Eliseo Vila *4, la interna y la externa. La interna es las dudas, preguntas, contradicciones o herejías que encontramos en grupos que se dicen «cristianos» pero se alejan de las enseñanzas bíblicas, teólogos evolutivos modernos, entre otros. La externa es la que responde y defiende contra grupos fuera del cristiano, ya sean paganos, ateos, evolución, racionalismo, etc.

Puede resultar impresionante esto, porque muchas veces pensamos que defenderemos nuestra fe de ese caballero científico que vive en la esquina o de esa señora esotérica de enfrente, pero también hemos de defender nuestra fe de otros grupos «cristianos» o de gente que acomoda la doctrina bíblica a sus maneras y beneficios.

A pesar que la Palabra es nuestra principal arma para responder a esa demanda de razón, hay veces en las que podemos ocupar material de apoyo, para dar hechos científicos o históricos que confirman lo que dice algún pasaje bíblico. Podemos encontrar buenos recursos cristianos de ayuda, como es por ejemplo el famoso libro de Josh Mcdowell «Mas que un Carpintero»*5, donde aparecen pruebas históricas sobre la credibilidad de la Biblia, la deidad de Jesucristo, entre otras.

Bueno hermanos, les exhorto a preparase para defender su fe, lean la Palabra, lean libros, preparen su propio testimonio de lo que Dios ha hecho en su vida. En apologética, ustedes tal vez tendrán que citar muchas veces a autores como Josh Mcdowell, Flavio Josefo*6, o tal vez algún libro, por eso es importante recordar los nombres de autores y libros, y citarlos propiamente, para demostrar seguridad.

Y ESTO ES DE SUMA IMPORTANCIA: NO RESPONDAN SI NO SABEN, RECONOZCAN QUE NO LO SABEN.