El Diezmo, un principio no aplicado.

El Diezmo, un principio no aplicado

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Basándonos en Romanos 15:4 Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.


A Dios le agradó dejarnos una crónica de hechos que una vez entendidos, se convierten en revelación del pensamiento de Dios.  En este caso nos referimos a los tiempos de José.

José fue un hombre protegido de Dios, éste fue ascendido a una posición muy alta.  Desde allí administró los bienes y la hacienda de Faraón.  Que viene siendo un paralelo del reino de Dios.

José capitalizó los siete años de abundancia guardando todo el fruto de la tierra, que cuando vinieron los siete años de hambruna vemos la destreza con que José los administró a favor de Faraón.

José fue supliendo el hambre de todo el pueblo cambiando el alimento por dinero, luego que se terminó éste, a cambio de bienes, de herramientas, de ganado, de casas, de terrenos.

Finalmente a cambio de la vida de sus hijos, de sus esposas y de ellos mismos.  Toda la tierra y todos los bienes, y todas las personas se conviertieron en posesión de Faraón.

Para que las personas no se sintieran dueñas de lo que antes les pertenecía, José rehubicó a cada familia en otra propiedad.

José les proporcionó de grano y de todo lo necesario para que comenzaran a producir la tierra.

Si hubieramos estado allí presentes hubieramos escuchado lo que José en nombre de Faraón pactó con el pueblo: "De aquí en adelante todos ustedes son posesión de Faraón.  Sus hijos, sus esposas, ustedes mismos.  Nada les pertenece.  Sin embargo, de lo que produzcan tomarán el 80% para que guarden una reserva para la próxima temprada de siembra, también servirá para mantenimiento, comida, vestido y abrigo de sus hijos; de los animales y mantenimiento de sus casas y las herramientas de trabajo.

El 80% es suficiente para que vivan bien.  De tiempo en tiempo enviaré comisarios que estarán pendientes de que todo esto se cumpla.
Se les enseñará a administrar este porcentaje, no quiero ver que sus hijos y sus esposas estén desatendidos en el alimento y vestido; no quiero encontrar que sus viviendas estén deterioradas por falta de mantenimiento; ni ver que no pueden trabajar la tierra por descuidar las herramientas y los animales de trabajo".

"El otro 20% será para Faraón y de allí se tomará para suplir las necesidades de los sacerdotes".


Todo esto está registrado en Las Escrituras en el capítulo 47 de Génesis.

Mencionamos que este hecho tan singular es un paralelo de la revelación de Dios para la Iglesia.

Los que le pertenecemos a Él, fuimos comprados por precio.
Efectivamente, nada nos pertenece, si vivimos para él vivimos.  Si morimos, para él morimos.  Todo es del Señor.

Este conocimiento debe estar en nuestro espíritu, mente y corazón desde que reconocemos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.

En esto han fallado los "José" modernos que han dejado a los creyentes en un estado de vulnerabilidad dejándolos en la creencia de que pueden administrar a su arbitrio las posesiones de Dios.  Incluyendo sus vidas, la de su esposa y sus hijos De esta manera, nunca será suficiente el 80%, ni el 100%, ni el 200% siempre querrán más.  Siempre estarán en conflicto con el Señor.

Nunca reconocerán a Jesucristo como su Señor, al igual que aquellos reconocieron a Faraón, y a José como sus señor y salvador.

Sin embargo, aquel pueblo no pereció de hambre por causa del enviado de Dios: José.

Hoy día, los creyentes perecen en muchas maneras, en dudas, falta de conocimiento, por falta de enseñanza administrativa de sus hogares, sus negocios, su familia, su tiempo.
Muchos de ellos se encuentran y viven desamparados y dispersos,como ovejas sin pastor.

Esto es debido a la falta de sabiduría de los José contemporaneos.
Faraón no se equivocó al escoger y poner en autoridad a José, no improvisó poniendo a neófitos en un lugar de suma importancia.  Sin embargo, hoy vemos todo lo contrario.

Pero no olvidemos lo que resalta en Génesis 47:22 y 26, como José protegió la tierra y la ración de los sacerdotes.


Dios siempre va a proteger y luchar por sus sacerdotes, no es necesario que ellos estén peleando por Dios, y por ellos mismos.  Los liderazgos que pelean por el diezmo, o no confian en el Dios que los levantó como tales, o no son sacerdotes de Jesucristo.

Y los creyentes que también pelean el diezmo, o no han reconocido a Jesucristo el Hijo de Dios, o todavía son escalvos de Egipto.


 


1 COMENTARIO

  1. Para nosotros, los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el diezmo es: La décima parte de los ingresos anuales de una persona, la cual se entrega al Señor por medio de la Iglesia. El fondo de los diezmos se utiliza para construir centros de reuniones y templos, para sostener la obra misional y para edificar el reino de Dios sobre la tierra.

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