«TÚ Y EL EXTRANJERO SON IGUALES»

«TÚ Y EL EXTRANJERO SON IGUALES»
por Carlos Rey

El cinco de mayo los mexicanos celebran en todo el mundo el día de la Batalla de Puebla, en la que su ejército derrotó al ejército francés. Aquella batalla simboliza el espíritu de lucha y el amor a la independencia que caracterizan al pueblo mexicano. Pero esa batalla del cinco de mayo de 1862 contribuyó también a derribar las barreras del prejuicio racial que caracteriza a muchos pueblos.

«Suele usarse la palabra raza para clasificar a los seres humanos según sus características físicas, pero este concepto es absolutamente anticientífico, ya que hay una sola raza humana —comenta un estudiante mexicano—. Todos los seres humanos somos iguales, pero lamentablemente los que tienen piel blanca siempre se han considerado superiores a los de piel oscura. Esta absurda idea fue la causa del profundo desprecio que los franceses sentían por los mexicanos. A fines de abril de 1862, el general Lorencez le envió una carta al Ministro de Guerra de Francia, el mariscal Randón, en la que le pedía que le informara al Emperador Napoleón III que la victoria era segura, pues los franceses pertenecían a una raza muy superior a la de los mexicanos y no tendrían que esforzarse mucho para vencerlos. No pasaron muchos días antes de que el orgulloso general sufriera la amargura de la derrota infligida por aquellos hombres de piel morena que tanto menospreciaba.

»Entre estos hombres valerosos se encontraban los zacapoaxtlas, indígenas del estado de Puebla que se ofrecieron como voluntarios para combatir a los invasores. Era asombroso el contraste entre un soldado francés, con elegante uniforme, botas de piel, arma de fuego, bien entrenado y sumamente disciplinado, y un zacapoaxtla, vestido con sencillez, descalzo o con huaraches, luchando con machetes o lanzas, y sin la menor preparación. Pero a pesar de la gran superioridad militar de los franceses, los zacapoaxtlas les demostrarían que su oscura piel no los hacía seres inferiores.

»El ejército francés era considerado entonces el mejor del mundo…. estaba compuesto por seis mil soldados, mientras que el Ejército de Oriente apenas llegaba a los cuatro mil…. En tres ocasiones las columnas imperiales atacaron los fuertes de Loreto y Guadalupe, y tres veces fueron heroicamente rechazadas. Se destacaron en la batalla los indígenas zacapoaxtlas de la Sierra de Puebla, quienes en combate cuerpo a cuerpo hicieron retroceder a los altivos “zuavos”.

»…Esta gran victoria obtenida contra otro grupo de abusivos y oportunistas extranjeros llenó de júbilo al pueblo de México…. Aunque apenas un año más tarde los franceses nos ganaron —concluye el mencionado estudiante mexicano— pudimos decir, como en el fútbol: “Sí se puede”, y eso nos devolvió nuestro orgullo y nuestro honor.» 1

Gracias a Dios, a diferencia de los endiosados franceses de aquel entonces, Él jamás ha juzgado a ningún ser humano como inferior a otro. Al contrario, Él le ordenó a Moisés que le dijera a su pueblo: «Tú y el extranjero son iguales ante el Señor, así que la misma ley y el mismo derecho regirán, tanto para ti como para el extranjero que viva contigo.» 2 Porque Dios no juzga por las apariencias 3 sino con justicia, así como su Hijo Jesucristo nos exhorta a que hagamos todos, 4 cualesquiera que sean el color de nuestra piel y nuestros colores nacionales.

1 «Batalla del 5 de mayo de 1862», Enviado por LFPando En línea 8 diciembre 2006.
2 Nm 15:1,2,15,16
3 Gá 2:6
4 Jn 7:24

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