El Hijo Prodigo – SIEMPRE HE ESTADO CONTIGO (Lc 5:11-32)

SIEMPRE HE ESTADO CONTIGO (Lc 5:11-32)

Que pasa, que es todo ese alboroto, cuanta alegría. ¡Cómo!, ay fiesta, pero… Hace unos días le vi triste, me sentí un poco mal, sí, él fue muy duro con mi padre, nunca le había visto brotar una lágrima por alguno de nosotros, hasta ese mismo día… Que le pasa a mi hermano, a cambiado tanto, poco a poco se ha ido separando de El, le noto muy cambiado, es tan así que ya no sonríe como antes, tan libre, ya no me toma en cuenta para sus decisiones; claro es menor que yo, y también soy conciente de este mundo que vivimos, un mundo rápido, materialista, hedonista, un mundo donde el otro no cuenta, en fin será que ha sido tocado por ese virus de hoy.

Yo por dicha soy de los que crezco por cabeza ajena y no sé que haría al separarme de mi padre, El no me pide nada, no me exige, la libertad que me ha dado es completa y lo más hermoso me lo ha dado todo. Claro estoy con El no por compromiso ni por agradecimiento, estoy con El por amor, bueno no se quien esta con quien, creo que la única palabra que puede darle sentido a nuestra relación es que somos.

Le pidió todo, pero ¿que será todo para mi hermano?, lo que más me cuestiona es que le observe el rostro a mi padre, que tranquilidad, y en su mirada algo así como –sabes en verdad lo que estas haciendo, me temo que vas a sufrir-. Le dio todo y el, sí, mi hermano se fue tan tranquilo, creo que un nuevo mundo lo esperaba.

Si hubiera hablado conmigo, tal vez no hubiera tomado una decisión tan rápida; el no sabe que cuando uno esta dentro de ese mundo encuentra muchas amistades, cualquier evento es un pretexto para hacer fiesta; me temo que va a sufrir por una decisión mal tomada. Cuídate hermano mío pues nadie lo va a hacer por ti.

Padre, no te preocupes yo estoy contigo y lo abrace, pero tras una sonrisa me di cuenta que le faltaba algo o tal vez alguien. Todos los días se asomaba para ver si aparecía, aquel hijo que le había pedido todo.

Yo si me daba cuenta lo que mi hermano estaba haciendo, a mi parecer estaba muerto, todo era un sin sentido, un no a la vida, un autodestruirse, claro tenía que estar sufriendo.

¡Pero… que pasa!, mi Padre salió corriendo, no lo podía creer después de un tiempo mi hermano vuelve a la casa, casi no lo reconozco, como esta de demacrado. Mi Padre lo recibió con un gran abrazo y no le dejo hablar, este hermano mío estuvo muerto y hoy ha vuelto a la vida.

Hoy hay fiesta en mi casa pues mi hermano ha vuelto a vivir. Fui en busca de mi padre y le pregunte ¿Por qué nunca has hecho una fiesta para mí, yo nunca te he pedido nada, siempre he estado contigo?

El me contestó –eso es todo, tú siempre has estado conmigo y yo siempre he estado contigo. El no ha estado conmigo aunque en mis pensamientos siempre ha estado el-. Esa respuesta basto para no preguntar más, ¿que más quiero?, no puedo pedir más; al final de mi vida lo único que podré decir es -fui feliz pues nunca nos separamos-.

Voy para la fiesta, la cual yo también comparto, oigan es la fiesta de mi hermano que ha vuelto, que más alegría; les cuento mi Padre no le había dado todo, porque el todo se lo está dando ahora.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí