EL PROCESO DEL PERDÓN (VENGANZA U ODIO)

EL PROCESO DEL PERDÓN (VENGANZA U ODIO)

 

Deuteronomio 32:35 “Mía es la venganza y la retribución”

 

Dentro del proceso del perdón debemos detenernos en estas preguntas ¿Por qué voy a perdonar? ¿Por qué tengo que hacerlo? O surge otra pregunta ¿No es más justo que el que me ha hecho este mal lo rectifique asumiendo las consecuencias de su pecado?. Hacer restitución del daño esta más allá de todas las posibilidades. Resulta imposible. Es allí donde entra la venganza que es pagar con la misma moneda lo que nos hicieron es decir desquitarnos, y al hacerlo nos ponemos a la misma altura de nuestro enemigo; descendemos a su mismo nivel y lo que es peor se nos devuelve.

La venganza es el arma más despreciable de la tierra, arruina al vengador y confirma más aun al enemigo de su mal. Detrás de la venganza esta el odio el cual transforma una mujer simpática y agradable en una persona amargada, criticona y suspicaz.(esto confronto mucho mi vida pues estoy pasando un momento bien crucial y les cuento que haber hecho esta enseñanza a la primera que ha ministrado es a mi)

Al llenarnos de odio el corazón se endurece, se eleva la tensión arterial, los procesos digestivos se dañan provocando úlceras y esto puede ser un suicidio lento si nos dejamos arrastrar por el resentimiento ya que al seguir pensando en el mal que nos han hecho nos envenenamos.

Muchas veces la manera como creemos que nos sobreponemos es ignorar a la persona o la situación que nos hizo daño pero cuan engañados estamos lo que hacemos es que nos volvemos implacables y duras tratando de no reconocer lo que llevamos por dentro.

Hay dos aspectos importantes dentro del proceso del perdón y ellos son EL PERDÓN DE LOS DEMÁS Y EL PERDÓN DE DIOS. Tu dirás ¿y porque? Pues ellos se entrelazan y no pueden separarse, el corazón que no perdona no puede ser objeto de perdón porque el solo hecho de odiar a un hijo de Dios haga lo que haga es pecado delante de sus ojos. Al negarnos a perdonar nos cerramos al amor y a la misericordia.

El perdón de Dios proporciona libertad y esta libertad nos da la capacidad de perdonar y de perdonar 7 veces sino hasta setenta veces siete. Mateo 18:21-22 “Entonces se le acerco Pedro y le dijo: Señor ¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete”.

Si Dios perdonó la deuda que tenemos con El ¿Cómo podemos tener la osadía de negarnos a perdonar lo que otros nos deben a nosotrosí

Cuando tengamos conciencia de lo que significa EL PERDÓN DE DIOS solo así podremos preguntarnos ¿Por qué tengo que perdonar? La respuesta surgirá del corazón mismo. ¿Perdonar? ¡Claro! Hasta setenta veces siete.

El perdón verdadero es muy duro, difícil y costoso porque se opera en base a la RESTITUCION y lo debemos afrontar así como lo hizo Cristo Colosenses 3:13 “Soportándoos unos a otros, perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. DE LA MANERA QUE Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.”

Si el perdón no fuera difícil sería una farsa y no perdón. El costo es elevado, pero su valor es todavía más elevado. Es por eso que debemos perdonar todo hasta las heridas que duelen y arden. Tu dirás Nayibe es que tú no sabes lo que me hicieron ni lo has vivido y yo te contesto tranquila que yo estoy en ese proceso y el Señor es bien claro cuando DICE SIN EXCEPCIÓN.

Entonces preguntémonos ¿Cómo se perdona? Como se perdona cuando el dolor es grande, la rabia bulle dentro de uno mismo. No se puede uno solo, necesitamos todo el poder para amar y perdonar que se pueda absorber de Dios. Se requiere de todo el poder de la oración, de la compasión Divina dentro de uno mismo y toda la colaboración que se le puede prestar a su toque sanador. ¿Por qué? Porque Nosotros somos las únicas que podemos permitir ese acceso de Dios en nuestras vidas y que El pueda hacer lo que tiene que hacer.

Para lograr en perdón en nuestras vidas se necesitan dos personas DIOS Y UNO MISMO. El secreto está en que mientras Dios obre en nuestra vida, nosotros tratemos de borrar de ella nuestra congoja. Dios obra en nuestro ser interior y nosotros tenemos que exteriorizarlo con la mente y le corazón Filipenses 2;13 “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad “ (Les cuento que yo le doy gracias a Dios ya que su gracia ha hecho esto que he estudiado y me asombro de cuando la gente me mira y hasta me dice ¡que linda estas! y por dentro he estado dolida y triste y saben una cosa me rió y le doy gracias a Dios porque su gracia es grande y creo que por esto El me ha permitido enseñar este tema YO SOY LA PRIMERA MINISTRADA.

SEGUNDA PARTE

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí