Tan pronto como llegó a la ciudad él vio grande cantidad de personas que se agolpaban a lo largo de la calle principal.
Buscó por un lugar donde pudiese ver un algo, acabó encontrando una vacante y allí se colocó. Fue entonces que uvo el primera vislumbre del desfile que allí pasaba.
Habían animales colocados en jaulas y una banda tocando.
Finalmente él vio un payaso que divertía a todos en el fin del desfile. El pequeño niño estaba tan excitado que cuando el payaso pasó, él agarró en el bolsillo su precioso dinero y entregó al payaso. Pensando haber visto el circo, cuando había visto apenas la parada, el pequeño niño se viró y volvió a casa.
Lo peor no es que aspiramos muy alto y fallamos, pero que nos conformamos con mucho poco. Podríamos tener una influencia mayor, pero por miedo o ignorancia, por vergüenza o inercia, cogimos la nota de valor más precioso que poseemos — nuestra propia vida, y seguimos en dirección a o desfile, en vez de que busquemos lo que es real y que verdaderamente tiene importancia.
Dios tiene cosas maravillosas para nosotros. Pagó un precio alto — el sacrificio de Su Hijo, para que pudiésemos disfrutar las grandes bendiciones que dispuso a nosotros. É nos revistió de la verdadera alegría y nuestros ojos pudieron nuevamente brillar de placer.
nos mostró el camino a seguir, pero engañados por los sonidos y desfiles deslumbrantes de este mundo, muchas veces nos dejamos envolver de tal forma que nos ponemos impresionados con el desfile y perdemos el verdadero espectáculo que Dios nos concedió: la felicidad de una vida abundante y eterna.
¿Te gustó este artículo?
Suscríbete a nuestro canal de YouTube para ver videos sobre temas bíblicos.
Visita nuestros cursos bíblicos.
Se miembro de nuestro ministerio y obten todos los recursos.
ME PARESE MUY BIEN QUE HAGAN ESTAS PAGINA DE REFLEXIONES DE JUVENTUD MAS QUE TODO POR QUE YO
SOY UNA JOVEN Y EN VECES NECESITAMOS UNA REFLECION PARA RECASITAR