Devocinal Diario – La fuente de agua viva

Me dejaron a mí, fuente de agua viva,y cavaron para sí cisternas,cisternas rotas que no retienen agua. Jeremías 2:13.

La fuente de agua viva

Cuando creemos en el Señor Jesús y confesamos a Dios nuestros pecados, él nos perdona y nos libra de ellos. Después nuestra relación con Dios se enriquece con todo lo que descubrimos en él. En el curso de la vida cristiana, en la práctica esta relación con Dios puede deteriorarse.

A veces, poco a poco nos alejamos de él; dejamos de lado sus recursos; e incluso puede ser que lo abandonemos. Pero como nuestras necesidades de paz, amor y felicidad persisten, buscamos en otra parte, y no en Dios, el medio de obtenerlas: en el bienestar de la vida cotidiana, en las diversiones, en el dinero, y a veces gastando muchas energías.

¿Están satisfechos nuestros anhelosí No verdaderamente. A menudo la desilusión es muy grande y cada vez hacemos más esfuerzos para alcanzar nuestras metas. Al tener «sed», es decir, al tener necesidades espirituales, cavamos cisternas rotas que no retienen agua. Abandonamos a Dios, fuente de agua viva, y nuestra sed no es saciada.

Estimado lector, si usted está alejado del Señor, ¿cuál es la solución? Dios nos dice: «Volveos a mí… y yo me volveré a vosotros» (Zacarías 1:3). Clamemos a él con todo nuestro corazón al igual que hizo Jeremías: «Vuélvenos, oh Señor, a ti».

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