Devocionales Cristianos – Visita a una inválida Parte 2

(El Señor) me ha dicho: Bástate mi gracia;porque mi poder se perfecciona en la debilidad.
Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades,para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias;porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
2 Corintios 12:9-10.

Visita a una inválida Parte 2

 

Henriette, paralizada desde hace más de cuarenta años, no inspira lástima, pues su radiante rostro da la impresión de una vida ardiente. No deja tiempo para que uno se maraville y menos para que la admire: -¡Todo es fácil cuando uno está cerca de Dios! Es cierto que al principio no fue nada fácil. Tardé años en darme cuenta de que se puede ser feliz en cualquier circunstancia, con la condición de aceptar la voluntad de Dios.

Soporté muchos desalientos… Ahora, cuando miro el camino recorrido, tengo la sensación de haber hecho una interminable escalada. Pero tuve un buen guía, Jesús, quien no dejaba de repetirme que mirara siempre hacia arriba. ¿Por qué querría volver a bajar? Antes era religiosa, pero no verdaderamente creyente… ¡Una pobre lámpara de pie sin corriente eléctrica!

Después de visitarla, uno se lleva una inolvidable enseñanza de paciencia y aceptación. Son cuarenta años de dolor físico y moral, de enfrentarse con una enfermedad incurable que progresa inexorablemente; cuarenta años de sentirse una carga para otros, en una dependencia física cada vez mayor.

En 1988, Henriette se durmió en su Señor. Para ella como para los creyentes en Cristo en el cielo las penas de esta tierra se transformarán en gozo.

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