¿Quieres Recibir Una Herencia?

¿Quieres Recibir Una Herencia?

Autor: Sergio A. Perelli

A mediados de la década de los 80′, recibí una carta de un tío en la cual me comunicaba que una parte de la familia Perelli que vive en Córcega, una isla situada al sur de la Costa Azul sobre el Mar Mediterráneo, deseaba saber si podíamos rendir nuestros intereses legales en una propiedad en la que aparecían los nombres de mi abuelo, mi padre y él. Siendo que mi abuelo y mi padre ya habían fallecido y yo era su único hijo varón, legalmente tenía derecho sobre la propiedad en cuestión.

Mi abuelo en ocasiones, me había mostrado fotografías de su niñez y juventud, acompañado de sus padres y hermanos mientras todavía vivía en la isla, desde donde emigraría después de la Segunda Guerra Mundial, primero a la Argentina para posteriormente radicarse en el Uruguay. En una oportunidad que pudo viajar a visitar a su familia, desde allí nos mandó una postal cuya imagen todavía llevo grabada en mi memoria. 

Pero, nunca nadie me había dicho que algún día recibiría «una herencia» en Córcega. Mi mente comenzó a viajar imaginariamente; me llevó a interminables salidas y puestas del sol, acompañado de un buen libro y un café en el balcón de una hacienda sobre una colina, rodeada de viñedos y manzanales, y con una vista espectacular hacia el Mar Mediterráneo. 

Muy pronto tuve que volver a la realidad y decidí como también lo hizo mi tío a renunciar a mi parte de la heredad, con el fin de dejar a mis familiares que hasta el día de hoy desconozco, seguir gozando de los beneficios de aquella propiedad.

Unas horas antes de que Jesús fuera arrestado en el Jardín de Getsemaní por aquella compañía de soldados romanos, que vino encabezada por Judas y un grupo de los principales sacerdotes y de los fariseos; el Maestro compartió con sus discípulos algunos mensajes con el fin de traer consuelo y esperanza a sus corazones y así prepararlos no solo para los acontecimientos que terminarían en su crucifixion, pero también para el tiempo en que después de su resurrección volvería a su Padre.

Uno de esos mensajes se encuentra en Juan 14 en el cual Jesús les dijo: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la CASA DE MI PADREmuchas MORADAS (viviendas, N.V.I.) hay;… VOY PUES A PREPARAR UN LUGAR PARA VOSOTROS…para que DONDE YO ESTOY, VOSOTROS TAMBIEN ESTEIS“ (vs. 1-3)

¡Qué preciosa promesa les dejó Nuestro Señor a sus discípulos, que iba a la “casa de su Padrea preparar un lugar para ellos!” Pero, aquella promesa no era exclusiva solamente para los doce, sino para todos aquellos que en todas las edades murieron creyendo en Su nombre y en Su venida. Y la misma invitación, se ofrece para todos los que todavía vivimos en el siglo presente. Jesús, concluyó su pensamiento diciendo: “Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.” (vs.4)

Hoy, Jesús está en la “casa de su Padre” esperando recibir la órden para venir a buscarnos y llevarnos a ocupar esa “morada” que El ha “preparado” para cada uno de nosotros. 

¿Quieres recibir tu herencia?

En el Salmo 37, David nos dejó cuatro características que deben poseer aquellos que desean recibir una “vivienda” en la casa del Padre de Nuestro Salvador:

Los que ESPERAN en Jehová, ellos HEREDARAN LA TIERRA “ (vs.9) 

La palabra “cavá” en el original también significa “aguardar” o “confiar” y en todos los casos que se usa conlleva la connotación de “soportar pacientemente”. Por lo tanto, el salmista nos exhorta: “No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidadGuarda silencio ante Jehová, y espera en El. Espera en Jehová, y guarda su camino, y El te exaltará para heredar la tierra.” (vs.1, 7, 34)

Los MANSOS HEREDARAN LA TIERRA” (vs.11)

Los “mansos” escribió Izaak Walton (1593-1683) son aquellos que “se encaminan hacia el reino de los cielos, con humildad, con alegría y con un espíritu de contentamiento por todo lo que Dios ha permitido y permite que ocurra en sus vidas.”

No es de extrañar que el mismo Jesús incluyera en el Semón del Monte a la “mansedumbre” como uno de los rasgos principales que debe poseer el carácter de un verdadero hijo de Dios: “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.” (Mateo 5:5)

Asimismo, Dios les ha prometido que mientras vivan aquí en la tierra “se recrearán con abundancia de paz.”

Los BENDITOS de El HEREDARAN LA TIERRA” (vs.22)

En la Nueva Biblia De Los Hispanos, leemos este versículo de la siguiente manera: “Los que son “bendecidos” por el Señor poseerán la tierra.”

Pablo, en el primer párrafo de su carta a los Efesios daba gracias a Dios, porque “nos ha bendecido con toda bendición espiritual (en Cristo)…en quien tenemos redención por Su sangre (y) el perdón de nuestros pecados según las riquezas de Su gracia, que ha hecho abundar para con nosotros…” (1: 3, 7, 8) Y agregó que: “ en El (Jesús) también ustedes, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de Su salvación, y habiendo creído, fueron sellados en El con el Espíritu Santo de la promesa, que nos es dado como garantía de nuestra herencia(vs. 13, 14)

El apóstol, nos vuelve a recordar que nuestra “herencia está garantizada” y que la recibiremos cuando el Hijo del Hombre venga en gloria como Rey diciéndonos “Vengan benditos de Mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.” (Mateo 25:34) 

Los JUSTOS HEREDARAN LA TIERRA” (vs.29)

Diez versículos más adelante David escribió: “La salvación de los justos es de Jehová.” (vs.39)

Nosotros no merecemos recibir ninguna herencia celestial, porque Su Palabra claramente nos dice que “No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10); pero Dios acepta la justicia de Jesús y de esta manera nos declara “justos” para que podamos vivir en nuestra “heredad para siempre.” (vs.18 b, 29 b)

Hace ya más de veinte años que decidí no aceptar una herencia terrenal; pero no voy a hacer lo mismo con mi herencia en la casa de mi Padre”.

¿Quieres tu también recibir una herencia?

Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y El te concederá las peticiones de tu corazón.” (vs.4, 5)

Gracia y Paz

Sergio A. Perelli

“Amigo de Jesús”

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