La ley del Espíritu de vida en Cristo

La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.Romanos 8:2.
La ley del Espíritu de vida (Leer Romanos 8:1-2)

 

El Espíritu Santo recibe aquí el nombre de Espíritu de vida, pues es Él quien la produce. Él actuaba en la vida terrenal del Señor Jesús. Por eso el Señor Jesús traía la vida a todo lugar adonde llegaba.

El mismo Señor Jesús, después de haber muerto, se levantó por el poder del Espíritu de vida. Nosotros hemos sido liberados del poder del pecado y de la muerte por este mismo Espíritu de vida. La ley prometía la vida a quien la cumpliera. Pero nadie pudo cumplir la ley porque en la carne no hay fuerza para ello.

Tomemos un ejemplo: Imaginémonos a un artista muy hábil que sabe tallar la madera y que con un trozo de ella puede elaborar las figuras más hermosas; además dispone de las mejores herramientas. Ahora ese hombre recibe un pedazo de madera podrida. No puede hacer nada con eso. Él no tiene la culpa; tampoco es la culpa de la herramienta. ¿Dónde está el problema? Sí, está en el trozo de madera. Así también sucede con la ley y nosotros. Dios no tiene la culpa, su «habilidad» es perfecta. Tampoco es culpa de la ley, que es «santa, justa y buena» (Romanos 7:12). Por consiguiente, la culpa de que la ley fracase es nuestra. La ley es débil por nuestra carne.

Lo maravilloso es que Dios no nos ha dejado «empantanados». Cuando se manifestó con claridad que por la ley era imposible librarnos del pecado y de la muerte, Dios entró en acción. Envió a su Hijo como hombre a esta tierra. En la cruz del Gólgota Dios cargó en Él el pecado.

1 COMENTARIO

  1. muy alentadora la palabra. es bueno recordar día á día que tenmos un Espíritu de verdad que nos modela y nos liberta de la muerte y del pecado. bendiciones

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